El Gobierno presentó la reforma educativa
El oficialismo avanza con una ley que redefine roles y limita la protesta docente en nombre de la libertad educativa.
Tras ocho años, el Gobierno volvió al mercado internacional con una emisión que expone riesgos fiscales y mayor dependencia del financiamiento externo.
11/12/2025 - 01:00hs
La vuelta de la Argentina al mercado de deuda tras ocho años fue presentada por el Gobierno como un triunfo financiero. La colocación del Bonar 2029N por u$s1.000 millones, a una tasa del 9,26%, fue celebrada por Luis Caputo como señal de confianza internacional. Aunque el Ejecutivo la exhibió como un logro, la operación expone la fragilidad de una estrategia que vuelve a atar el futuro económico a compromisos en moneda extranjera.
Economía destacó que se recibieron ofertas por más de u$s1.400 millones y que la tasa quedó por debajo del 10%, en línea con la curva de bonos. Sin embargo, el verdadero destino de los fondos será cubrir vencimientos inmediatos, ya que a comienzos de enero se deben pagar u$s4.200 millones de los Bonares 2029 y 2030. La nueva deuda cancela deuda vieja y no genera recursos frescos ni inversión productiva.
En ese marco, la emisión bajo legislación local evita litigios externos, pero limita la credibilidad frente a inversores. El esquema bullet, que concentra el pago total en 2029, implica un compromiso pesado para un país sin reservas consolidadas ni estabilidad fiscal.
Caputo ya había ensayado esta lógica durante el gobierno de Mauricio Macri, cuando la emisión de deuda en dólares se convirtió en símbolo de una estrategia que terminó en crisis y pérdida de credibilidad. Hoy repite el mismo mecanismo, con un país aún más debilitado y sin margen para sostener compromisos crecientes.
Así, el regreso al mercado internacional termina siendo un alivio transitorio. La apuesta oficial apunta a mostrar resultados inmediatos, pero compromete recursos futuros y profundiza la dependencia del endeudamiento.