Créditos mentirosos

El Banco Central lanzó un sistema de préstamos hipotecarios ajustados por inflación, en un año en que el alza de precios se estima en el orden del 40%. Advierten que el acceso al mismo se limita a los sectores acomodados y que no ayuda a solucionar el déficit habitacional de 3,5 millones de viviendas

Acceder a la casa propia continuará siendo un sueño lejano. Ayer, el Banco Central dispuso habilitar una modalidad de créditos en la que las cuotas se ajustarán por inflación y que, según economistas y referentes del sector inmobiliario consultados por Hoy, no ayudarán a dinamizar el alicaído mercado inmobiliario ni a solucionar el déficit habitacional que, según el propio gobierno, ronda las 3,5 millones viviendas.

Ingresos y cuotas

Uno de los principales problemas del nuevo sistema hipotecario radica en el hecho de que para construir una vivienda tipo, es decir, para acceder a un préstamo de entre $700.000 y $1.000.000, habrá que contar con ingresos registrados de entre $18.798 y $26.855 (Ver recuadro).

Pero en la Argentina actual, el 85% de los argentinos gana menos de $15.000 por mes, y de ese 85%, casi el 50%, está en negro y gana menos de $7.000 mensuales. 

“Está claro que esta línea hipotecaria vuelve a dejar afuera a la gran mayoría de los trabajadores argentinos, amén del hecho de que prácticamente la mitad de la población laboral está en situación de precariedad, por fuera del circuito formal, ya sea por vía del cuentapropismo o del trabajo no registrado. Es decir, este sector tampoco está en condiciones de acceder al crédito”, precisó a Hoy el economista y exdiputado nacional, Claudio Lozano.

Inflación

Ciudad, Macro, Provincia, Hipotecario, Galicia y Santander Río son los bancos que ya se comprometieron a ofrecer préstamos de este tipo, que estarán nominados en Unidades de Vivienda (UVI) y tendrán plazos de 15 o 20 años -según el banco-, y una tasa de interés real que promediará el 5% anual (se moverá entre 4 y 7%). El valor inicial de la unidad equivale a la milésima parte del costo promedio de construcción de un metro cuadrado testigo, que al 31 de marzo pasado se ubicó en 14,053 pesos, según calculó el Central.

El problema es que esa base se actualizará diariamente según el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER), basado en el índice de precios al consumidor. Las cuotas tendrán, entonces, un valor que se elevará de acuerdo con esa evolución. Así, el otro gran inconveniente radicará en el aumento en el costo de vida ya que, según cálculos de consultoras privadas, la inflación proyectada para este año es del 40%, muy lejos de la meta del gobierno.

En este escenario, mientras los alquileres cada vez son más elevados y los salarios crecen por debajo de la inflación, en el sector inmobiliario ven como un imposible tomar créditos ajustados por inflación y advierten sobre la falta de un plan estratégico, que ofrezca soluciones reales a la reactivación de un sector como el de la construcción, movilizando la actividad económica y generando empleo genuino.

La necesidad de un plan estratégico

En tanto, Lozano advirtió que “claramente, acá hay no un plan económico estratégico que ataque la inflación para luego garantizar el acceso al crédito universal, a largo plazo, en cuotas fijas y a tasas bajas”.

En cambio, el gobierno vuelve a tropezar con otra piedra en la problemática habitacional, incapaz de garantizar el acceso a la vivienda digna a todos los argentinos, muy lejos de los recordados planes quinquenales de Juan Domingo Perón, que posibilitaron que millones de obreros pudieran tener techo propio, y otorgando grandes beneficios a los bancos, que desde la dictadura hasta la era K, han ganado todo sin arriesgar nada. 

“Hasta ahora no ha habido ninguna política concreta para los sectores más vulnerables de la población”, sintetizó Lozano, y vaticinó que “para que el acceso a la casa propia deje de ser un sueño lejano hay que trabajar en varios sentidos. Hay que recomponer ingresos para el conjunto de la población, establecer mecanismos de cobertura para que puedan acceder los trabajadores no registrados y al mismo tiempo otorgar mecanismos de garantía. También, será necesario establecer líneas de tasas subsidiadas que permitan que el crédito sea pagable y esto debería estar asociado a la construcción de viviendas sociales, que hoy no existen en la Argentina”.

Monto - Cuota inicial - Ingreso mensual mínimo

1.000.0008.05626.855

1.100.0008.86229.540

1.200.0009.66832.225

1.300.00010.47334.911

1.400.00011.27937.596

1.500.00012.08540.282

La furia de los inquilinos

ara Gervasio Muñoz, miembro de la organización Inquilinos Agrupados (IA), “el plan lanzado por Mauricio Macri representa un chiste y una continuidad de una política que implementó en la ciudad de Buenos Aires y que fracasó rotundamente”, sentenció a Hoy, y añadió: “En momentos en que a los inquilinos nos están aumentando los alquileres desconsideradamente, donde la inflación hace estragos en los salarios de los trabajadores, se lanza este crédito que es para una parte muy minoritaria de la Argentina, ya que para acceder a ellos hay que ganar una gran cifra en blanco, por encima de los $16.000 mensuales, donde la mayoría de los ciudadanos de a pié quedamos afuera de los mismos”. 

En su queja, Muñoz ilustró con una situación contundente de la coyuntura actual: si hoy ya es casi imposible pagar un alquiler con expensas, más lo es acceder a un crédito hipotecario. “Es una utopía, no podemos ni llegamos a tanto. Además, hay que fijarse el préstamo ($700.000) para aquellos que tienen la suerte de ganar $20.000 mensuales ni siquiera les alcanzará para comprar un departamento de dos ambientes, así que es casi imposible para aquellos que ganan por encima de los $15.000 comprar siquiera un monoambiente, puesto que el préstamo para ellos será de apenas $500.000”, aseguró.

Para el referente de los inquilinos, la propuesta macrista “está muy alejada de la realidad, planeada para que los grandes ganadores del sistema puedan seguir haciendo negocios a costa de la gente y no soluciona en lo más mínimo la crisis habitacional que atraviesa la Argentina”.

“La mayor parte de la población queda afuera”

Por Aníbal Fortuna (*)

Especial para Hoy

Habrá que ver cuáles son los alcances de estos créditos, cuáles son sus intereses, cómo está programado. La verdad que por ahora nada está claro y teniendo en cuenta la realidad en la Argentina y en la provincia de Buenos Aires, donde el promedio de los empleados gana menos de $10.000, creo que la mayor parte de los ciudadanos no va a poder acceder a un crédito hipotecario. 

La legislación que quiere imponer el gobierno nacional es muy compleja, y no deja en claro quiénes son los posibles acreedores o quiénes pueden acceder a estos créditos.

Al no hacer este plan a través de un ingreso familiar y hacerlo como salario personal, es más difícil todavía llegar. Esto indica que está dirigido a personas con ingresos en blanco muy altos, que ganen más de 20.000 o 25.000 pesos por mes, con lo cual es imposible para los argentinos, porque son justamente quienes menos ganan los que más necesitan estos planes. 

Entonces, para que la vivienda deje de ser un sueño inalcanzable, para que toda la población tenga acceso a ello, las tasas tendrían que ir a la baja, para que las familias no dejen de comer para pagar las cuotas.

(*) Presidente del Colegio de Martilleros de La Plata

“Es una pena que se ilusione a la gente de esta manera”

Por Marcos Bergenfeld (*)

Especial para Hoy

Esta clase de planes se han intentado muchas veces y siempre fracasaron. Mientras no se baje la inflación, hay muy pocas posibilidades de progresar en planes como estos, porque al segundo mes la gente ya no puede pagar las cuotas del crédito.

Es una pena que se ilusione a la gente con una red de créditos hipotecarios que no van a llegar al grueso de la población, sino a una pequeña parte de la misma. En muchos casos ocurre que una vez terminada una vivienda, si la persona no puede pagar las cuotas por determinadas condiciones, la expulsan de la misma. Es muy grave ilusionar a la gente de esta manera.

Con este plan, el gobierno tropieza con las mismas piedras de experiencias anteriores y que fracasaron rotundamente. Al tener que ganar tan elevada cifra de dinero en blanco para acceder a los créditos del gobierno, el 90% de la gente queda afuera automáticamente; y el otro 10% llega a situaciones extremas como que no puede pagar las expensas.

Es lamentable la falta de seriedad que tiene el gobierno nacional en este tema, porque lastima a la gente, instrumentando medidas y planes que no ayudan en lo más mínimo a solucionar el grave problema habitacional.

(*) Presidente de la Federación Argentina de Consorcios

“El plan es caro e inaccesible”

Por Julio Gambina (*)

Especial para Hoy

El crédito hipotecario en el país es mínimo, y el nuevo plan es caro e inaccesible para la mayor parte de la sociedad; prácticamente imposible para una familia de clase media o baja.

En este sentido, el plan macrista no ayuda en nada a solucionar el gravé déficit de vivienda que tiene la Argentina. Esto solo está pensado para resolver la dinamización de un mercado de crédito hipotecario que hoy no existe, ni siquiera se generan condiciones para generar un mercado inmobiliario que hoy es por demás pequeño y casi inexistente. 

Estos créditos lanzados por el gobierno no están acordes en lo más mínimo a la compleja realidad que vive la Argentina. Hoy tenemos precios nuevos y salarios viejos; esto conlleva la capacidad de riesgo que asumen aquellas personas que tomen créditos hipotecarios. 

Doy un ejemplo muy sencillo para solucionar esto: en los últimos días, el Parlamento autorizó al Poder Ejecutivo a tomar deuda por 12.500 millones de dólares para pagarles a los buitres y a los acreedores que no ingresaron al canje del 2005 y 2010. En vez de haber hecho eso, se podría haber aprobado un plan de 12.500 millones de dólares para resolver el déficit habitacional. Pero no hay voluntad política del oficialismo y de la mayor parte de los partidos de la oposición para encarar un proyecto de esta magnitud, que construya viviendas y genere empleo.

(*) Dr. en Ciencias Sociales. Profesor en la UBA