¿Cuatro años de mentiras?

La causa de “los cuadernos de la corrupción”, caballito de batalla del macrismo durante el gobierno de Juntos por el Cambio (2015-2019), puede llegar a caerse y evaporarse como el humo.

La pasarela de nombres de funcionarios y empresarios que el macrismo ensució tildándolos de “corruptos” podría terminar en la nada. Y los renombrados periodistas de los que el macrismo se valió para manejar la opinión pública y los medios hegemónicos; periodistas que hasta fueron premiados por su investigación; todo esto puede terminar en una gran farsa.

La pericia

El pasado viernes, el empresario imputado en la causa de los“cuadernos de la corrupción”, Armando Loson, presentó un escrito en los Tribunales Federales de Comodoro Py. Allí denunció “gravísimas irregularidades” consistentes en “adulteraciones y tachaduras de nombres, lugares, direcciones y fechas” en los textos expuestos por el exchofer Oscar Centeno y que originaron esta investigación judicial.

Loson realizó una pericia grafológica privada y en la presentación judicial resumió las conclusiones. Se trata de un trabajo en el cual los expertos aseguran haber encontrado “más de 1.600 alteraciones del texto original: 1.373 sobre escritos y 195 correcciones con líquido corrector, a la vez que pudieron visualizarse 55 enmiendas o testados, entre otras anomalías”.

En el escrito, el empresario explica que el informe grafológico se realizó sobre copias digitales (que no son fotocopias) y no sobre los originales de los cuadernos, que continúan reservados en el Tribunal Oral Federal n° 7.

“No pretendo cuestionar el contenido de la totalidad de los cuadernos, sino únicamente aquel que me involucra (y a otras personas eventualmente), y respecto de los cuales los peritos han verificado graves irregularidades en perjuicio del suscripto”, dice Loson.

En la presentación de más de 50 folios, el empresario solicitó al Tribunal que se tenga por presentada su denuncia y pidió que se investigue la presunta comisión de los delitos de falso testimonio agravado, abuso de autoridad y/o incumplimiento de los deberes de funcionario, falsedad ideológica de documento público, estafa procesal y asociación ilícita.

La presentación fue efectuada con el patrocino legal del abogado Carlos Vela en la causa que tramita ante el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal n° 11.

Los cuadernos

Oscar Centeno, el exchofer del exfuncionario del Ministerio de Planificación, Roberto Baratta, afirmó haber quemado en una parrilla los cuadernos en los cuales se detallaban pedidos y pagos de coimas entre funcionarios y empresarios.

Ante la Justicia presentó fotocopias de esos escritos, y con esos documentos el fallecido juez federal Claudio Bonadio inició una instrucción.

En octubre de 2019, cuatro días antes de las elecciones presidenciales en las cuales se impuso Alberto Fernández, una persona anónima entregó unos escritos “originales” que se habrían salvado de ser quemados por el exchofer y que fueron incorporados al expediente.

También se afirma en el escrito presentado por Loson que estos originales continúan sin ser periciados hasta la fecha por los profesionales del Cuerpo de Peritos de la Policía Federal, pese a los pedidos de la defensa del empresario.

Cristina, presa a como dé lugar

La causa fue armada con un único objetivo: que Cristina Kirchner vaya presa. En octubre de 2020 la fiscal de juicio, Fabiana León, confirmó que no existen ni grabaciones ni videos ni registros de ningún tipo de las declaraciones de los arrepentidos. Lo único existente son las actas que son las declaraciones firmadas por los propios supuestos arrepentidos, sus abogados y el procesado fiscal Carlos Stornelli.

Una de las exigencias de la Ley del Arrepentido es que existan registros fílmicos de las declaraciones, pero según consignó el propio juzgado, el fallecido juez Bonadio en su momento no lo ordenó. La irregularidad pondría en jaque al caso que ya fue elevado a juicio oral, todavía sin fecha de realización.

Los abogados de los imputados en la causa siempre denunciaron que las declaraciones de empresarios arrepentidos o imputados colaboradores no habían sido voluntarias, sino producto de presiones y coacciones de parte de los investigadores para construir una acusación hacia la expresidenta de la nación.