Legisladores de distintos partidos denunciaron el hostigamiento del Presidente Javier Milei a los trabajadores y trabajadoras de la prensa.
Un grupo de diputados nacionales pertenecientes a varios partidos políticos publicaron este viernes un comunicado en defensa de la libertad de prensa. En el mismo manifestaron su “preocupación por la escalada en las expresiones” del Presidente Javier Milei y seguidores, quienes “usan la descalificación, el insulto o hasta denuncias contra periodistas, como un intento de deslegitimación de su palabra”.
“La incitación al odio de manera explícita, o el ejercicio de violencia física en algunos casos, hacen más grave aún la situación y nos ponen en el deber de advertir sobre el grave retroceso institucional que ello implica, afectando la convivencia democrática, el respeto y el debate público en la Argentina", señalan los legisladores en el documento publicado.
El comunicado, firmado por Facundo Manes, Miguel Ángel Pichetto, Silvia Lospennato, Victoria Tolosa Paz y Emilio Monzó, entre otros, señala que la Constitución Nacional "tutela de manera categórica la libertad de prensa y expresión, entendiendo su vulneración como el primero de los síntomas de las tiranías".
“Se utiliza el poder del Estado para intimidar, silenciar y disciplinar a quienes ejercen su labor de manera crítica. Es necesaria una reacción común y colectiva y hacerlo a tiempo, desde la política y desde todos los estamentos de la sociedad", manifestaron con preocupación.
De esta manera, de cara al 25 de mayo, los diputados convocaron a líderes y fuerzas políticas, organizaciones sociales, universidades, referentes culturales, entidades periodísticas y ciudadanas y ciudadanos a "suscribir un compromiso público en defensa de la libertad de expresión y de la labor de los trabajadores y trabajadoras de la prensa".
Las propuestas de los diputados
Sostener un apoyo irrestricto a la libertad de expresión, incluso cuando las críticas se dirijan a nuestros propios espacios o referentes.
Denunciar de manera pública y sostenida cada intento de hostigamiento del poder contra periodistas, en especial cuando se los acuse falsamente.
Utilizar todos los canales de comunicación institucionales, partidarios o sociales disponibles para visibilizar y condenar estos actos de persecución.
Nunca dejar de considerar la perspectiva ética de las relaciones y la convivencia política y social, aún y especialmente en tiempos electorales.
Por su parte, el gobierno nacional, lejos de asumir una actitud reflexiva frente a estas advertencias, ha optado por profundizar la confrontación. En lugar de responder con argumentos o gestos institucionales, el oficialismo recurre al agravio sistemático y al señalamiento público como herramienta política. Esta actitud no solo erosiona los valores institucionales, sino que configura un escenario de creciente intolerancia que amenaza con volverse estructural.
Con este contexto, si desde el poder no se pone un límite a esta lógica de hostilidad, existe el riesgo latente de que el ataque a la prensa se convierta en política de Estado.