El Gobierno nacional eliminó barreras comerciales
Mientras se desata una guerra comercial y los demás países se cierran, Milei abre las fronteras para la invasión de productos importados.
Con la economía mundial en medio de una crisis desatada por la guerra comercial que inició Donald Trump, el gobierno de Javier Milei decidió avanzar en su apertura importadora. Según resoluciones publicadas en el Boletín Oficial, el Ejecutivo nacional eliminó medidas “antidumping”, es decir, barreras de protección para la producción local frente a la importación de productos.
“Impulsores de la libertad que pregona nuestro presidente”, celebró el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, para reafirmar el modelo de apertura de mercado en un mundo que va a contramano.
Las resoluciones
La semana pasada el Gobierno nacional publicó la resolución 351/2025, y este lunes le siguió la 397/2025. Ambas impactan en la industria textil y química, ya que eliminan las barreas “antidumping” que protegen a estos sectores de los productos importados.
Las barreras antidumping son herramientas arancelarias para proteger los productos locales frente a importados que se venden a un precio inferior al que se ofrecen en sus países de origen. La gestión libertaria decidió modificar esos sistemas para flexibilizar esa competencia conocida como desleal y, según se informó oficialmente, bajar precios en ciertos productos.
“Sé que hoy están en otra mirando los mercados internacionales. Pero no por eso dejemos de mencionar estas resoluciones”, publicó Sturzenegger en su cuenta de X. Al respecto, justificó: “Se han ido desarmando los antidumping existentes que explicaban porque algunos productos valían varias veces su precio internacional”.
La apertura importadora
Las dos resoluciones cuentan con un claro antecedente: el decreto 33/2025 publicado en enero, por el cual se determinó que las investigaciones previas a la aplicación de medidas antidumping, que antes podían extenderse hasta 12 meses, tendrán un plazo máximo de 8 meses. Además, se reemplazó el sistema anterior con plazos de 5 años y renovaciones ilimitadas, por uno de plazos de 3 años con una única posibilidad de extensión por 2 años.
El objetivo de dicho decreto estaba ligado a alcanzar la inflación del 1% que acompañe la devaluación oficial, momento en el cual parecía un horizonte posible. Para ello, en esas semanas Luis Caputo presionaba con la apertura de importaciones para conseguir reducir los precios en el mercado local.
A esto se le sumó que a fines de marzo el ministro de Economía dispuso una baja de los aranceles de la importación de ropa y calzado del 35 al 20%. La medida fue repudiada por la UIA, la cual la calificó de “industricidio”.
Es simple: si se dejan entrar productos más baratos de los que se fabrican en Argentina, esto se traducirá en cierre de empresas y pérdidas de puestos de trabajo calificados.
A esto se le suma el contexto internacional. En un escenario donde la mayoría de los países aumentan sus aranceles y toman medidas que cierran sus fronteras comerciales, el destino de todos esos productos que dejan de comprar otros Estados serán países como Argentina, con bajos aranceles y un dólar barato que beneficia las importaciones.