Entre balotajes y primeras vueltas, Argentina ante las puertas del futuro

El próximo 19 de noviembre, se elegirá a los representantes que estarán al frente del Gobierno durante los próximos cuatro años y viene a la memoria el recuerdo de las segundas vueltas en el país. La que no fue y la que puso en pausa al kirchnerismo marcaron un antes y un después.

El próximo 19 de noviembre, los argentinos y argentinas deberán volver a las urnas para elegir al próximo presidente que gobernará durante los siguientes cuatro años. En medio de una de las campañas más intensas y de las menos predecibles, por el voto popular, se llegó al balotaje y ahora los ciudadanos deberán elegir entre las únicas dos opciones que quedaron en pie.

Massa y Milei se enfrentarán cara a cara para conocer quién de los dos tendrá la enorme responsabilidad de dirigir el país y, mientras tanto, el resto de las fuerzas políticas se dirimen entre la posibilidad de acompañar a uno o al otro.

Pero esta historia es la que más tenemos presente y el objetivo de este artículo es el de recordar los mano a mano más recientes de la historia argentina y el contexto en el que se de­sarrollaron cada uno de ellos, hasta llegar a la actualidad.

Menem versus Kirchner

El balotaje en la República Argentina fue establecido por primera vez en el Estatuto Fundamental Temporario de 1972, que fue sancionado un 24 de agosto del período mencionado. Pese a esto, uno de los que más se recuerda fue el mano a mano que al final terminó sin concretarse. Se trata del enfrentamiento entre Carlos Menem y Néstor Kirchner, balotaje al que se llega tras la reforma constitucional del año 1994, luego de que, en las Generales, el entonces presidente consiguiera obtener el 24,45% de los votos y Néstor Kirchner, el 22,25%. Ante este número, el riojano anuncia la baja de su candidatura.

Entre los fundamentos, el entonces mandatario nacional señaló que la transparencia “no estaba garantizada para la segunda vuelta electoral” por lo que estimaba conveniente no participar en la segunda vuelta electoral.

Dese ese entonces, comenzó el gobierno de Néstor Kirchner, el referente que ayer fue recordado por una gran cantidad de dirigentes peronistas al cumplirse 13 años de su fallecimiento. Kirchner le dio inicio a un proceso nuevo para la Argentina, logrando solucionar muchos problemas para la sociedad y sacando al país del difícil momento que atravesaba.

Scioli versus Macri

En el año 2015, luego de 12 años de kirchnerismo, el país estaba completamente dividido entre oficialismo y oposición y Cristina Kirchner, ya sin chances de presentarse, decidió que el canidato del Frente para la Victoria sea Daniel Scioli, quien actualmente se encuentra como embajador argentino en Brasil.

En las elecciones generales, Daniel Scioli había obtenido el 37,08% de los votos frente al 34,15% que consiguió el entonces candidato de Cambiemos, Mauricio Macri. En tanto, posteriormente, en el balotaje, el ingeniero pudo dar vuelta la elección con el 51% de los votos, pudiendo gobernar hata el año 2019. La contienda aquella quedó para la historia, ya que se dio en un contexto de extrema división de la sociedad. La mala imagen de Crirstina Kirchner, impulsada mayormente por los medios masivos de comunicación, sumada a la mala situación económica y los encontronazos con diversos sectores, como el campo, hizo que no se pueda continuar con el gobierno peronista, ya que la gente eligió otra alternativa.

Una actualidad similar al pasado

Si bien es imposible comparar los gobiernos de Critina Kirchner con el de Alberto Fernández en términos numéricos, es importante destacar que hasta el día de hoy el país continúa dividido entre aquellos que se sienten identificados con el peronismo/kirchnerismo y los que se ven reflejados en las políticas que proponen los candidatos más de derecha.

En el tramo final de una gestión que no cumplió con las expectativas de la sociedad argentina en su conjunto, y al que le tocó gobernar en un contexto complicado marcado por la pandemia del Coronavirus, la guerra entre Rusia y Ucrania, y la sequía más grave de los últimos 60 años, ahora la sociedad llega al momento de la definición en un escenario de máxima polarización.

El escenario de división es prácticamente igual al que se dio en las elecciones del 2015, aunque ahora la gente se siente más enfadada porque la situación económica es de las peores de los últimos años y la inflación continúa en alza por la escalada imparable del dólar blue. En lo electoral, más allá de haber llegado al balotaje, los argentinos siempre tuvieron en claro que las opciones son dos y, con los últimos acuerdos políticos que se dieron en la oposición, la situación quedó más clara que nunca.

Por estos motivos, y por tantas otras situaciones que se fueron dando en los últimos días, el escenario electoral está cada vez más dificil de analizar. Por lo tanto, lo que ocurrirá el próximo 19 de noviembre es un interrogante.

Lo único que se puede analizar es el desempeño que va teniendo cada uno de los candidatos en el tramo final de la campaña y, a partir de ahí, se puede llegar a deducir los posibles cambios en las tendencias, pero cada uno de los electores es diferente y eso hace que los resultados varíen tanto de una contienda a la otra. En ese aspecto, para los ansiosos, hay que decirles que solo resta esperar y que todo análisis que se pueda hacer al respecto queda a consideración de cada uno, partiendo de la base que cada pronóstico estará condicionado por una postura sobre cada candidato.

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