“La democracia, los derechos humanos y la justicia social son valores esenciales”

El nuevo arzobispo de La Plata, Gabriel Mestre, brindó una conferencia de prensa donde dejó en claro que sería “dificultoso” para la Iglesia dialogar con sectores que no comulguen con estos principios. Además, dijo que el candidato presidencial Javier Milei “es un irrespetuoso”.

l nuevo arzobispo de La Plata, Gabriel Mestre, brindó ayer por la mañana una conferencia de prensa a pocos días de haber asumido en su cargo.

En una actitud que no era habitual dentro del clero local, Mestre habló con los medios a “agenda abierta” y no esquivó las consultas vinculadas con la política en un contexto tan particular.

“En nuestro sistema democrático el tema de la elección de las autoridades municipales, provinciales y a nivel nacional es un tema que no condiciona la labor de un obispo, porque el obispo, el arzobispo y la Iglesia tienen que tener una actitud de colaboración e independencia con cualquier gobier­no, sea del signo que sea. Obviamente que esta colaboración e independencia que hay que marcar puede tener matices, más allá de la perspectiva partidaria a veces de las personas”, comen­zó señalando el arzobispo al pedirle su opinión sobre esta situación particular en la que le tocó asumir.

En ese marco, y ante la consulta de diario Hoy sobre la imposibilidad de diálogo con algunos sectores, como el de Javier Milei, que se ha expresado en términos muy críticos contra la figura del Papa Francisco, Mestre expresó: “Hay valores que son esenciales a la doctrina social de la Iglesia, que no son valores de un espacio partidario particular, donde el tema del respeto, el tema de los derechos humanos –a pesar de que la Iglesia tiene una historia compleja en Argentina con respecto a este tema– es un valor claro que hemos aprendido de la historia y hemos tenido que pedir perdón por los errores que como Iglesia se han cometido por parte de algunos personajes y, por lo tanto, la democracia, los derechos humanos, la justicia social son valores de siempre que claramente la Iglesia Católica en cualquier lugar del mundo va a defender y que puede hacer dificultoso el diálogo obviamente con cualquier persona o espacio político que de alguna manera no considere esto como valores esenciales que contribuyen claramente al bien común”.

Asimismo, el arzobispo puso en re­lieve la importancia de la educación: “Yo soy obispo católico y tengo que asumir claramente lo que es la educación confesional porque depende directamen­te de mí; sin embargo, soy hijo de la educación de gestión pública e hice jardín, primaria, secundaria, el primer año de universidad en la estatal, entonces tengo como un afecto grande y además soy profundamente agradecido. Entonces, cuando hablo de educación no hablo solamente de la confesional, con la que tengo una responsabilidad más directa, sino como ciudadano en definitiva y como líder religioso católico, asumir un compromiso de poder fortalecer todos los ámbitos educativos, porque de ahí viene claramente la auténtica y la verdadera posibilidad de la inclusión, de participar, de poder elegir y decidir”.

“El Papa debe ser invitado por un jefe de Estado”

En torno a una posible visita del Papa Francisco el año próximo, que ahora aparece en duda en función de quién sea el próximo presidente de los argentinos, expresó: “Las frases de Mi­lei son irrespetuosas y la visita del Papa tiene multiplicidad de factores. Él mar­có su voluntad de venir en el mes de marzo al cumplirse los diez años, después de Semana Santa se afirmó con más claridad y no quedaba pegado a ninguna cuestión eleccionaria, pero el factor salud también es otra cuestión a tener a cuenta. No puedo hacer futurología porque los factores son varios y el Papa es un jefe de Estado que para poder venir a la Argentina necesita la invitación de un jefe de Estado, no al­canza con que los obispos de la Conferencia Episcopal lo invitemos. Espero que se puedan destrabar y que en mar­zo, abril o mayo esté entre nosotros”.

“Es con todos”

Consultado sobre su posición en torno a la comunidad homosexual, Mestre señaló: “¿Quién soy yo para juzgar? En mi caso concreto en Mar del Plata, mi postura siempre ha sido la de recibir a toda persona católica de condición homosexual que quiera vivir su fe, tal como lo planteó el Papa ahora también en Lisboa: Todos, todos, todos. No hay que excluir a nadie; después uno ve el camino concreto que se puede hacer en el camino de la fe y en las comunidades, pero no puede haber exclusión para quien quiera encontrarse con Cristo”.

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