La Iglesia advierte: “Hay mucho enojo, descontento y dolor por la pobreza creciente”

La advertencia, en clara dirección al Gobierno, llegó en el cierre de la tradicional peregrinación a Luján que encabezó el obispo de Quilmes y titular de Cáritas, Monseñor Carlos Tissera

“Hay mucho dolor en los corazones por la pobreza creciente y la desprotección, desilusión por las promesas incumplidas y por la indiferencia de muchos”. La advertencia, en clara dirección al Gobierno, llegó en el cierre de la tradicional peregrinación a Luján que encabezó el obispo de Quilmes y titular de Cáritas, Monseñor Carlos Tissera.

“Hay mucho enojo y descontento, desencanto y dolor por el menosprecio. La riqueza se concentra en pocas manos y la mesa de la mayoría de los argentinos se vacía, destruyéndose las fuentes de trabajo, pilar de un verdadero desarrollo”, criticó el clérigo, consciente de los millones que sobreviven como pueden, a la intemperie, desamparados.

Los más de 13 millones que viven en la pobreza, y que al final del año, tal como advirtió la Universidad Católica Argentina, podrían trepar a 14 millones; los jubilados que cobran la mínima y cuyos haberes son consumidos por el fuego voraz de la inflación. Por todos ellos, Tissera condenó que “no es posible morirse de hambre en la patria bendita del pan”.

Y sin embargo, el obispo pareció abrigar la llama todavía encendida de la esperanza: “Hoy, como ayer, venimos sintiéndonos un pueblo que cree, un pueblo que camina tras una estrella, un pueblo que camina con el agobio de la pobreza y la desilusión, un pueblo que a pesar de todo, [...] nunca abandona”.

Las palabras de Tissera estuvieron en sintonía con los lamentos que meses atrás vertió el obispo platense, Víctor “Tucho” Fernández, por “la devaluación que está licuando salarios y ahorros. Siempre dicen que confiando en este sistema tarde o temprano nos va a ir bien. [...] Pero siempre aparece una variable inesperada y el que las paga es el de abajo”, dijo entonces en la Catedral local.