La inflación en la Argentina: ¿un callejón sin salida?

Mientras otros países, como Brasil, Chile y Perú, mantienen un proceso de baja de la tasa, la Argentina lidera el ranking de los índices más altos del continente. Los especialistas no ven una solución a corto plazo. El riesgo de agitar el humor social

Si bien la inflación es un flagelo con el que lidia la mayor parte de los países del mundo, en la Argentina el fenómeno se presenta particularmente estancado y no hay indicios de que se lo pueda combatir a corto plazo.

Basta con echar un vistazo a los índices inflacionarios anuales de nuestro país y las naciones limítrofes para evidenciar la enorme diferencia. Mientras la Argentina cerró 2017 con una inflación del 24,8%, la segunda más alta de América Latina, Brasil logró obtener la tasa más baja desde 1998, y una reducción a menos de la mitad de la registrada en 2016 (6,29%), según el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (Ibge).

Además, en la economía más importante de Sudamérica, los precios se situaron por primera vez en 18 años por debajo de la meta fijada por el Gobierno, que era del 4,5% con un margen de tolerancia de un punto y medio porcentual hacia arriba o hacia abajo.

La caída de la inflación brasilera en los últimos meses fue acompañada por un fuerte recorte de las tasas de interés, que terminaron 2017 en el 7% anual, su mínimo histórico.

Ese no es el único país que viene ganando la batalla contra la inflación. Perú terminó el año pasado con el índice más bajo desde 2009, mientras que Chile logró que su tasa sea la más chica de los últimos cinco años.

En el caso de Uruguay, logró contraer la inflación del 8,10% de 2016 a un 6,55%. La tasa de Bolivia cerró por debajo de las proyecciones oficiales, que el Banco Central ya había reducido en septiembre a 4,3%.

El único país de la región que no pudo reducir su tasa inflacionaria, además de la Argentina, fue Paraguay, cuyo 4,5% anual se ubicó por encima del 3,9% verificado en 2016.

¿Es la inflación un germen de la Argentina o se puede combatir? ¿Por qué los últimos gobiernos no han logrado domesticarla? ¿Cómo se explica la enorme diferencia en el índice nacional respecto a otros países de la región? Especialistas analizan este fenómeno. 

“El problema de fondo no está resuelto”

Miguel Ángel Boggiano

Economista. Director de Carta Financiera

“Es falso que la economía argentina es diferente a la del resto del mundo. Lo que ocurre es, simplemente, que todos los políticos, radicales, peronistas, militares y también en alguna medida Cambiemos, gastan más de lo que recaudan y entonces el Banco Central ha sido, básicamente, la caja de financiación. Es decir, aquello que no consiguen recaudar con impuestos, lo termina financiando el Banco Central, que imprime papel moneda. 

Este gobierno hizo también un financiamiento a través del Central por medio de lo que se llaman los “adelantos transitorios”, también absorbió los pesos excedentes a través de la colocación de Lebac de manera tal que, por un lado, le prestaban al Tesoro y al mismo tiempo salían a sacar esos pesos de circulación a través de estas letras. Pero el problema de fondo no está resuelto, y es que se sigue emitiendo a un ritmo superior al que la gente demanda. Por otro lado, si bien el programa de metas de inflación ha funcionado también en otros países de la región, en la Argentina se ha intentado hacer a una escala mucho más alta que la recomendable. 

Hay que agregar que en los últimos dos años el Gobierno, además de todo el esfuerzo que ha hecho para combatir la inflación, tuvo que rebalancear las tarifas, lo que incidió fuertemente en el índice inflacionario. El problema es que todo ese ahorro que se hizo en subsidios del Estado se terminó gastando nuevamente a través de diferentes programas sociales con el objetivo de captar votos”. 

“La Argentina usa la emisión monetaria para financiar el déficit fiscal”

Daniel Artana

Economista jefe de FIEL. Docente de la UNLP 

“La diferencia del índice inflacionario respecto a otros países de la región se debe, primero, a que la Argentina usa la emisión monetaria para financiar el déficit fiscal. Otras naciones no lo hacen ya que, por un lado, tienen menos déficit que nosotros, y en general recurren a la deuda. 

Cuando el Banco Central le pasa al Tesoro $150.000 millones, en alguna medida lo que está haciendo es financiar con inflación el déficit. 

La segunda cuestión es que la Argentina tuvo, además, ajustes de precios relativos (básicamente las tarifas) que cada vez que ocurren meten ruido en los índices. Lo demás es anecdótico porque la Argentina es un país de alta inflación y esos otros países son de baja inflación. Nosotros venimos de varios años de in­flación arriba del 20 por ciento, teniendo en cuenta que del gobierno anterior solo hay índices alternativos que permitían mirar que la inflación estaba entre un 20 y un 40 por ciento”.

“Devaluar permanentemente genera una presión inflacionaria constante”

Estanislao Malic

Economista del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz

“La Argentina ha tenido procesos devaluatorios más fuertes que los países limítrofes, que usualmente contuvieron la inflación con apreciaciones cambiarias. Además, son muy diferentes las etapas. Durante la etapa del kirchnerismo, en la que hubo inflación, hubo depreciaciones, y la Argentina no tomó endeudamiento externo. Los países limítrofes sí lo hicieron, en algunos casos por parte del Estado y, en otros, por parte de los privados, pero con esos dólares mantuvieron el tipo de cambio a raya. La novedad actual es que la Argentina se está endeudando pero no está estabilizando el tipo de cambio sino que lo está devaluando permanentemente, lo que genera una presión inflacionaria constante, dinamizada además porque aquí hay sindicatos muy fuertes y eso hace que haya puja distributiva. Esto no sucede en Chile, Brasil, Paraguay, Bolivia, donde el gobierno devalúa, eso genera una transferencia muy grande de ingresos hacia los sectores exportadores y pierden los trabajadores. Además, en la Argentina el sector exportador es el sector concentrado y poderoso de la economía, entonces presiona permanentemente para que haya devaluación, algo que, por ejemplo, en Chile no sucede ya que el sector exportador fuerte es el del cobre, que justamente es estatal, y eso genera un círculo vicioso”.

“En nuestro país, el poder de negociación de los trabajadores registrados es mucho mayor”

Sergio Chouza

Economista Universidad Nacional de Avellaneda (Undav)

“Tenemos una cultura inflacionaria producto de nuestra historia económica, ya que en la Argentina existe un sector altamente competitivo, que es el generador de divisas y, a su vez, el productor de alimentos y sus derivados, y que es la base de la pirámide de la estructura de precios. Esa dependencia de los precios de los productos primarios dentro de nuestra especialización productiva es un diferencial respecto de otros países que se han especializado en productos mas industriales. En la Argentina tenemos un sector agroexportador generador de divisas que, con el correlato de vender sus productos en el exterior, si decide colocarlos localmente a lo sumo quiere hacerlo al valor mínimo al cual lo haría afuera. Diferente es la situación de Chile y Perú, por ejemplo, que se han especializado en productos primarios, como el aluminio y el cobre, pero que no son de la canasta básica. Otro de los factores que nos distinguen respecto de otros países de la región es que aquí los sindicatos son mucho más fuertes, con lo cual el poder de negociación de los trabajadores registrados, en relación de dependencia y agrupados bajo convenio, es mucho mayor. Como consecuencia, se genera una puja salarial en la que sistemáticamente buscan ganar un punto más en la redistribución del ingreso, los empresarios lo trasladan a los precios para poder recuperar y así se va dando un fenómeno de puja”.

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