La precarización avanza: el Gobierno impulsa los “salarios dinámicos”

El proyecto busca transformar los pisos salariales en techos. Los sindicatos advierten que la iniciativa precariza el trabajo y debilita los convenios colectivos.

Política

24/10/2025 - 00:00hs

El Gobierno avanza en silencio con uno de los capítulos más polémicos de su reforma laboral, la creación de los llamados “salarios dinámicos”, un mecanismo que busca transformar la forma en que se fijan las remuneraciones en el país y que promete una dura confrontación con los gremios.

El concepto, impulsado por el secretario de Trabajo, Julio Cordero, pretende “reordenar” el sistema de referencia salarial vigente. En la práctica, significaría que los valores acordados en los convenios colectivos dejarían de funcionar como un piso común para todos los trabajadores de un sector y pasarían a ser un techo de referencia. A partir de allí, cada empresa podría pactar sus propias sumas, supuestamente de acuerdo con su productividad o su situación económica.

La iniciativa cuenta con el respaldo del sector empresario, que desde hace tiempo reclama mecanismos más flexibles para fijar salarios. Para el Ejecutivo, se trata de una herramienta “moderna” para vincular los sueldos a la realidad económica, pero para los sindicatos significa un golpe directo a la negociación colectiva.

Ajuste disfrazado de “flexibilidad”

Los borradores en los que trabaja la Secretaría de Trabajo plantean que los convenios establezcan “rangos” y “pautas” generales para cada actividad, pero sin que esos valores se tomen como piso obligatorio. En otras palabras, las empresas podrían acordar salarios por debajo de lo que hoy establece cada convenio.

El Gobierno sostiene que este esquema permitiría “adaptar los salarios a la realidad de cada región o empresa” y favorecer la sustentabilidad del empleo formal. Sin embargo, detrás de esa retórica de flexibilidad se esconde la posibilidad de desarticular el sistema de protección que durante décadas impidió la competencia salarial a la baja.

Otro punto clave del proyecto es la eliminación de las cláusulas automáticas de actualización en función de la inflación. En su lugar, se propone vincular los ajustes a los resultados de cada sector o compañía, bajo la idea de “premiar la productividad”. Para los gremios, eso equivale a desligar los ingresos del costo de vida y a someterlos a la inestabilidad del mercado.

Tensión con los sindicatos

Las principales centrales sindicales ya anticiparon su rechazo. “El Gobierno quiere cambiar el eje y que el techo sea lo que antes era el piso. Eso implica un retroceso de décadas”, advirtieron desde la CGT. La CTA, por su parte, calificó la propuesta como “una forma elegante de legalizar la rebaja salarial”.

En el Ejecutivo insisten en que la iniciativa no busca eliminar la negociación colectiva, sino “dotarla de mayor capacidad de adaptación”. Pero los gremios señalan que esa “adaptación” significa, en los hechos, trasladar la negociación al nivel de cada empresa, debilitando el poder sindical y fragmentando los acuerdos.

La figura de los “salarios dinámicos”, presentada como una modernización del sistema, es leída en el mundo laboral como la antesala de una nueva ola de precarización. En un contexto de caída del poder adquisitivo y aumento de la informalidad, la reforma laboral del Gobierno amenaza con profundizar la desigualdad.

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