La relación bilateral entre Argentina y Países Bajos
Hoy ambos países se cruzarán por el Mundial de Catar 2022, pero, más allá de lo futbolístico, el vínculo en materia económica y política es uno de los más importantes para nuestra nación pensando en el nivel de inversiones.
Argentina enfrentará hoy por los cuartos de final de la Copa del Mundo Catar 2022 a Países Bajos, pero la realidad indica que más allá del fútbol ambos países mantienen una relación comercial y política que tiene fuertes raíces desde hace largos años. Las relaciones comerciales entre ambos países no son nuevas. La Cámara de Comercio Holando-Argentina es más antigua que la propia Cámara de Comercio Argentina.
La balanza comercial
Países Bajos es uno de los pocos países con los que la Argentina tiene superávit en la balanza comercial. Luego de Brasil, Estados Unidos y Chile, los Países Bajos aparecen en el cuarto lugar de destino de productos argentinos. No ocurre lo mismo en sentido inverso. Más del 50% de las exportaciones holandesas se concentran en la Unión Europea y solo el 22% se reparte entre otros sitios del mundo, entre ellos, la Argentina.
La cuestión, por el momento, no parece preocupar en los Países Bajos. Es más, hablan de aumentar nuestras exportaciones hacia aquellas tierras. Y tienen una razón de peso para inducir a ese camino.
El puerto de Rotterdam, generalmente, es el primer destino de los productos argentinos que ingresan en el Viejo Continente. La red de distribución holandesa, luego, hace el resto. En sentido contrario, lo que llega a la Argentina son productos industriales, químicos o farmacéuticos. El fuerte de Países Bajos en la Argentina está representado por las empresas radicadas en el país. El capital acumulado entre ellas supera largamente los 5.000 millones de pesos.
Según el Ministerio de Economía de la Nación, los Países Bajos son el tercer inversor extranjero en la Argentina. El stock de inversiones acumuladas tiene un valor de 5.066 millones de pesos (cifra correspondiente a 1999). Países Bajos es un fuerte inversor en energía, petróleo, petroquímica, cadenas comerciales, servicios de logística, sector financiero y de seguros, alimentos y bebidas, y otros.
Mejor performance en economía y educación
En cuanto al Producto Bruto Interno (PBI) per cápita -medido por paridad de poder adquisitivo para poder comparar entre países-, el de Países Bajos fue de USD 63.800 en 2021, último dato disponible del Banco Mundial. Se trata de una cifra que casi triplica al PBI per cápita de la Argentina (USD 23.600). Ambos estados se encuentran por debajo del país anfitrión del mundial, Catar, cuyo ingreso anual por habitante es de USD 93.500, una cifra que cuadruplica al PBI per cápita de la Argentina.
Además, los Países Bajos ocupan el puesto 10, entre 191 países, en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) que elabora la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde se consideran factores como la salud, la educación, la desigualdad y el crecimiento económico, entre otros. La Argentina se encuentra en el puesto 47 del ranking (donde los países que están más arriba, tienen mejor IDH).
En cuanto a los indicadores educativos, el gasto público en Educación del país europeo es del 5% del PBI, al igual que en la Argentina, según un informe del Observatorio Argentinos por la Educación. Por otra parte, Países Bajos no tiene niños en edad escolar que no asistan a la escuela y en nuestro país este universo alcanza el 1%.
La pequeña Holanda bonaerense
La Argentina recibió a importantes contingentes de holandeses a partir del año 1825. Hoy en día la comunidad más grande se encuentra en la ciudad de Tres Arroyos en el sur de la provincia de Buenos Aires.
Si bien no era de las más numerosas, la holandesa resultó una inmigración pujante y laboriosa, que remontó enormes dificultes y que prosperó merced a una educación sustentada en la fe calvinista, en el espíritu de trabajo y en el cooperativismo. Por eso, siguieron fieles a la Iglesia Reformada, y, a pesar de las estrecheces, con sus propios medios abrieron una escuela para que se educaran sus hijos y trajeron a un maestro de Países Bajos.
Entre 1889 y 1892 unos 4.000 holandeses llegaron a la Argentina, tentados por las promesas de tierras a precios muy bajos y por los pasajes que subsidiaba el gobierno argentino para atraer inmigrantes.
A comienzos de los años 20, otra crisis se hizo sentir en los Países Bajos, particularmente entre los agricultores, y esto vino a traducirse en una nueva emigración para muchos holandeses. Pero ¿adónde ir? Canadá, Australia, América del Sur…
El pastor Antonio Sonneveldt, de vacaciones en Holanda, no tardó en hablar maravillas de la Argentina, donde estaba radicado desde 1909. Contaba acerca de tierras muy fértiles y de la avena que crecía sin sembrarla.
La comunidad crecía, y con ella la necesidad de tener un colegio que educara en los principios y en el idioma, porque la preocupación era no perder los lazos culturales con Países Bajos. Así fue como, en 1934, se formó la asociación escolar que tendría a su cargo la tarea de organizar un colegio.
Durante muchas décadas, el colegio fue solo primario, con internado, ya que la mayoría de las familias holandesas vivían en el campo. Luego se abriría la sección secundaria y, más tarde aún, el jardín de infantes. Con el tiempo, cerraría el internado y el colegio se iría abriendo paulatinamente a la comunidad no holandesa: hoy apenas el 15% de sus 600 alumnos es de ese origen.