Santiago Cúneo pidió juicio político para Javier Milei
“El Gobierno va a terminar antes, a Milei me lo cargo yo”, expresó el candidato a diputado nacional, en diálogo con diario Hoy.
Un informe publicado por The Wall Street Journal advierte que el Gobierno analiza conceder recursos clave a EE. UU. a cambio de un mayor financiamiento.
23/10/2025 - 00:00hs
La posibilidad de que la administración libertaria habilite un mayor acceso de Estados Unidos al uranio nacional encendió las alarmas. Según trascendió en un artículo publicado por The Wall Street Journal, el ministro de Economía, Luis Caputo, mantuvo conversaciones con el secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, en las que no solo se discutió el paquete de asistencia financiera prometido por Washington, sino también la chance de que empresas estadounidenses avancen sobre minerales críticos estratégicos.
Estados Unidos busca frenar la expansión de China en América Latina, especialmente en sectores sensibles como la energía y las telecomunicaciones. Argentina, en medio de una crisis económica y con urgencias fiscales, aparece como terreno fértil para estas negociaciones. El uranio, recurso clave para la generación nuclear y con valor geopolítico creciente, se convierte así en moneda de cambio en un contexto donde la soberanía queda relegada frente a la necesidad de dólares frescos.
Dependencia financiera y concesiones estratégicas
Las conversaciones se dan en paralelo a la negociación de un paquete de 40.000 millones de dólares, del cual ya se concretó un swap de divisas por la mitad del monto entre el Banco Central y el Tesoro estadounidense. El resto depende de garantías que habiliten a bancos privados a otorgar una línea de crédito. En ese marco, la presión de Washington para condicionar la ayuda a la apertura de sectores estratégicos revela la fragilidad de la posición Argentina.
Por su parte, el Gobierno insiste en presentar estas tratativas como parte de una estrategia de “integración internacional”, aunque en los hechos se trata de un esquema de dependencia que limita la capacidad de decisión soberana. Mientras el Ejecutivo proclama la defensa de los recursos nacionales, se negocia en silencio la entrega de minerales críticos cuya explotación debería estar orientada al desarrollo interno y no a reforzar la disputa geopolítica entre potencias.
El lugar de China
China es hoy el segundo socio comercial de Argentina, detrás de Brasil, y el principal comprador de productos agrícolas. Además, ha invertido en infraestructura, energía y telecomunicaciones en el país. Para Estados Unidos, limitar esa influencia es un objetivo estratégico. Para Argentina, en cambio, aceptar sin condiciones las exigencias de Washington implica arriesgar un vínculo comercial vital y profundizar la dependencia con el país del norte.
Bajo estas condiciones, el Gobierno parece dispuesto a alinearse con el gobierno de Trump, a cambio de financiamiento inmediato. El uranio, las telecomunicaciones y otros sectores sensibles se convierten en piezas de negociación en un tablero donde lo que está en juego no es solo la economía, sino la capacidad de decidir sobre el rumbo del país.
De este modo, si la administración libertaria avanza con concesiones sobre el uranio y otros minerales críticos, quedará en evidencia que la urgencia fiscal se impuso por encima de cualquier proyecto de desarrollo autónomo, en un país que conoce demasiado bien las consecuencias de hipotecar su futuro a cambio de promesas externas.