Kicillof: “Argentina se convirtió en el principal deudor del planeta con el FMI”
El gobernador de la provincia de Buenos Aires se pronunció a favor de “reindustrializar el país”.
En los últimos tres días, el Banco Central gastó más de USD 1.100 millones para sostener la divisa, dejando en evidencia el fracaso del plan económico del Gobierno
20/09/2025 - 00:02hs
En el día de ayer, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) intentó frenar la escalada del dólar realizando ventas por USD 678 millones en el Mercado Libre de Cambios, la cifra más elevada en los últimos seis años. Con estas operaciones, la autoridad monetaria acumula más de USD 1.110 millones vendidos en las últimas tres jornadas, desde que el dólar mayorista alcanzó el techo de la banda cambiaria. Por tercer día consecutivo, el tipo de cambio mayorista cotizó en $1.474,50, nivel en el que el BCRA volvió a responder con sus reservas.
La intervención de ayer se encuentra entre las diez mayores realizadas por el BCRA desde 2003, lo que subraya la gravedad de la situación cambiaria. Además, la utilización de reservas, que incluyen los dólares enviados por el Fondo Monetario Internacional en abril pasado, genera preocupación sobre la sostenibilidad del esquema.
Un Gobierno sin respuestas
Ante esta situación, el ministro de Economía, Luis Caputo, afirmó que el Gobierno continuará con su estrategia de intervención en el mercado cambiario. “Vamos a vender hasta el último dólar en el techo de la banda”, aseguró el funcionario, quien ratificó que no se modificarán las políticas actuales hasta las elecciones del 26 de octubre.
Cabe señalar que las reservas internacionales del BCRA cayeron estrepitosamente a partir de la venta récord de los últimos días, y analistas advierten que mantener este ritmo de intervenciones podría ser insostenible, especialmente ante vencimientos de deuda próximos y la creciente desconfianza de los mercados.
La fragilidad del relato libertario
Mientras el Gobierno sigue apostando a tratar mantener el control del tipo de cambio, los mercados muestran creciente desconfianza. El riesgo país continúa en alza y los bonos caen con fuerza, reflejando que la intervención masiva del BCRA no logra tranquilizar a inversores ni a operadores financieros. Milei, por su parte, volvió a aparecer en los medios asegurando que “seguramente lo mejor empezará después del 26 de octubre”, en un intento de trasladar la responsabilidad hacia el calendario electoral.
Las declaraciones contrastan con su discurso pasado, cuando el líder libertario criticaba la intervención del Estado en los mercados y alertaba sobre el impacto de la política económica en la confianza de los inversores. Hoy, el propio Ejecutivo depende de las reservas para contener la divisa, evidenciando la fragilidad de su relato. Incluso voces como la del exfuncionario Gabriel Rubinstein, advierten sobre los riesgos de utilizar reservas de manera intensiva y el eventual límite para sostener el esquema hasta los comicios.
El cúmulo de intervenciones, junto con la caída de los bonos, el aumento del riesgo país y la dependencia de los dólares enviados por el FMI, refleja un Gobierno que improvisa medidas a corto plazo, mientras las necesidades reales del país quedan relegadas.
La semana financiera dejó al descubierto la vulnerabilidad de la gestión de Javier Milei y la tensión entre la narrativa de confianza en los mercados y la realidad de un dólar que desafía todos los intentos de control oficial.