El titular de Industriales Pymes Argentinos, Daniel Rosato, dialogó con diario Hoy sobre las perspectivas del sector para este 2022, con “más confianza” luego del acuerdo del Gobierno con el FMI.
Tenemos un acuerdo razonable que nos va a permitir llevar adelante nuestras políticas de crecimiento, desarrollo y justicia social”, declaró Alberto Fernández luego de la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Este anuncio despertó opiniones de todo el arco político, e incluso con diferencias dentro del propio oficialismo, tal como lo contó este medio en su edición de ayer.
En este sentido, diario Hoy dialogó con Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA) no solo sobre el acuerdo con el FMI, sino también acerca de las expectativas para este 2022, con los desafíos que pretenden afrontar en conjunto con el Gobierno nacional y provincial.
El espacio IPA fue creado en 2017 por la necesidad de pequeños y medianos empresarios industriales de tener un lugar en el cual abordar directamente las diversas problemáticas que hacen a su actividad en los diversos ámbitos de la economía y generar las propuestas de transformación por los industriales y para los industriales.
“Vemos un 2022 con mucha previsibilidad que ya venía de la mano de la reactivación industrial importante que se dio en 2021”, contó Rosato, y aseguró que las pymes reflejaron un crecimiento “por encima del 10%”, lo cual implica un nivel superior a 2019 “por lejos”.
El dirigente empresarial comentó que la confianza que brindó el crecimiento sostenido en el sector –a nivel nacional y provincial– se suma a la llegada del acuerdo con el Fondo y al financiamiento, que “es fundamental para poder seguir invirtiendo en maquinarias que se requieren para aumentar la productividad”.
“Esto es también abrirse de alguna manera a las puertas del mundo, nos abre a los mercados con los cuales en su momento tuvimos dificultades”, expresó el presidente de IPA, y enfatizó en la confianza que genera poder haber llegado a un acuerdo. “Esto va a repercutir en la creación de trabajo desde las pymes”, continuó.
Sin embargo, declaró que “no niega” que “se podrían haber conseguido mejores condiciones”. “Desde este sector planteamos que estábamos al borde de una situación límite, en donde podría haber existido un estancamiento de la productividad porque no había salida de dólares y porque no había dinero para la compra de materias primas y maquinarias”, agregó.
“Creo que es un acuerdo positivo y que dará mejores condiciones para el sector industrial, siempre y cuando tengamos el financiamiento que nos permita invertir en nuestra producción”, concluyó.
Los desafíos a afrontar
Rosato se refirió a algunos reclamos que mantuvieron en las últimas semanas desde el sector de las pymes. En primer lugar, habló sobre la falta de inversión en el sector energético que afecta directamente a la producción de las empresas.
La falta de inversión en infraestructura y, por consiguiente, el servicio deficiente de energía para las empresas también afecta su productividad y desarrollo. “Nosotros veníamos con cortes permanentes”, comentó con respecto al reclamo que realizaron anteriormente debido a “pérdidas millonarias” por cortes de energía, en días donde las temperaturas no bajaban de los 30 grados. “Las redes actuales no están preparadas para soportar un mayor consumo con las temperaturas que tuvimos”, explicó, y volvió a remarcar la necesidad de recibir inversiones “para que mejore la distribución de la red eléctrica y beneficie no solo a las empresas, sino también a los vecinos”.
Por otro lado, el empresario habló de una situación que se encuentra muy presente en la economía nacional y que se intensificó durante la pandemia: el trabajo informal.
“Hoy los trabajadores formales tienen muchas más ventajas, mientras que los informales no, debido a la caída del valor de su trabajo”, explicó.
“Esto representa un gran problema, porque la existencia de esta forma de empleo perjudica no solo a los trabajadores, sino a nosotros por la pérdida de competitividad. Además, el Gobierno no recauda, también pierden los sindicatos porque no tienen socios. Combatir la informalidad es uno de los grandes desafíos a afrontar”, concluyó.