Una delirante defensa de Aníbal

La Jefa de Estado salió ayer activamente en amparo del jefe de Gabinete, y culpó a los medios y la Justicia de generar “dispositivos antidemocráticos” contra su persona. La impunidad y el desvarío en su máxima expresión

La presidenta Cristina Kirchner salió a defender al jefe de Gabinete Aníbal Fernández, ante las serias acusaciones que lo vinculan la droga y el narcotráfico a gran escala. 

Cuando restan sólo tres días para las PASO, la Jefa de Estado dejó de lado el mutismo en que se había sumergido, y emergió con una enfática defensa de Aníbal Fernández, quien fuera relacionado como supuesto autor ideológico del triple crimen de General Rodríguez por dos condenados por el tráfico de efedrina y que hicieron explotar la tranquilidad en que estaba inmerso el kirchnerismo de cara a las elecciones.

En una de sus clásicas demostraciones de soberbia, la mandataria se posesionó del atril de la Casa de gobierno y adjudicó las acusaciones contra su ministro, como una consecución de "dispositivos antidemocráticos" que son "un modus operandi en la región". Eso no fue todo: la presidenta sostuvo que los medios que denuncian, los opositores "del centro a la derecha" y algunos sectores del Poder Judicial conforman un "trípode" que representa una suerte de "fuerza de tareas" para crear "un clima previo a toda la campaña".

"Antes tenían grupos de tareas que iban contra militantes, contra empresarios también, porque no nos olvidemos que durante la dictadura muchísimos empresarios fueron despojados de sus empresas y no eran subversivos ni guerrilleros ni nada", dijo Cristina. Lo que se olvidó de decir es que tanto ella como su marido, durante los años de plomo, lejos estuvieron de ser perseguidos. Se dedicaron a hacerse ricos en Santa Cruz mediante la usura, comprando a precio vil propiedades de deudores hipotecarios en quiebra, aprovechando los vericuetos de las resoluciones firmadas por el inefable José Alfredo Martínez de Hoz. 

Indiferencia oficial

En diálogo con Hoy, el expresidente del bloque de la Coalición Cívica en la Cámara baja bonaerense, Walter Martello, quien fue uno de los autores del informe “Narcotráfico y crimen organizado. Vinculaciones gubernamentales, políticas y comerciales”, donde se marcaba la participación de Aníbal Fernández en temas relacionados a la droga, señaló que “me hubiera gustado que la presidenta en vez de salir a defender la labor de Aníbal Fernández, saliera a decir que ponía a disposición de la Justicia y del Parlamento la posibilidad de abrir los archivos de la Sedronar y de todos los organismos encargados de combatir el narcotráfico en nuestro país”.

Para el exlegislador, “Aníbal Fernández debería dejar de ser el jefe de Gabinete mientras se aclara toda esta situación. Hay que investigar si lo que dijeron Salerno y Lanatta es cierto, y Cristina en vez de atacar al periodismo y a los que investigan, debería ponerse al frente de la posibilidad de que se investigue a Aníbal Fernández”.

“Esperemos que la Justicia trabaje sin interferencias políticas por parte del gobierno y se llegue a saber verdaderamente qué es lo que pasó y que se agilice la pereza que han tenido los Tribunales desde la llegada del kirchnerismo al poder. El tema es demasiado grave para la institucionalidad del país, como para que todo quede en la nada”, resaltó Martello.

Desde adentro del gobierno, Aníbal Fernández sumergió a la gestión K en un letargo muy grande en la lucha contra el narcotráfico, imponiendo una lectura ambigua y equívoca sobre la lucha contra la droga, que ha llevado a que el país sufra un efecto devastador al interior de la sociedad y que tardará décadas en reacomodarse, por lo que las palabras de Cristina Kirchner defendiéndolo, parece ser más una defensa de su desidia contra el narcotráfico que una defensa a la persona del jefe de Gabinete.