Droga y política, una relación compleja

La directa conexión que uniría a Aníbal Fernández con el narcotráfico, puso en el centro del debate político un tema siempre eludido por las autoridades nacionales. Evidencias de un vínculo que pone al kirchnerismo contra las cuerdas

La encendida defensa que Cristina Kirchner efectuó a la figura del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, por las acusaciones que pesan sobre su persona por haber dejado crecer el narcotráfico en nuestro país y por haber sido el supuesto autor ideológico del Triple crimen de General Rodríguez, volvió a poner en el tapete la íntima relación que la droga y la política vienen teniendo en la Argentina a lo largo de la larga década kirchnerista.

El oriundo de Quilmes, a pesar de las pruebas que existen sobre el crecimiento de la droga y el narcotráfico en nuestro país, se ha encargado en forma sistemática de negarlo y de sostener una ficción poco acorde a la realidad que vive la Argentina.

El funcionario tan defendido por la Jefa de Estado, es acusado por diversos especialistas de haber sido el responsable político por su inacción de la instalación de los mayores cárteles de droga en la Argentina, así como también que nuestro país dejara de ser un territorio consumidor, para pasar a ser un productor y exportador de estupefacientes.

Las fuerzas de seguridad, mientras estuvieron durante largos años al mando de Aníbal Fernández, nunca evidenciaron una orden fuerte y concreta de combatir el narcotráfico, y esa política lo único que logró fue que los grandes cárteles tuvieran vía libre en la Argentina y el consumo y el tráfico se multiplicaran a niveles nunca antes conocidos en el país.

Mientras Cristina Kirchner defiende al jefe de Gabinete por las acusaciones que contra él pesan, la realidad indica que el Ejecutivo nacional tampoco estaría libre de culpa y cargo sobre el crecimiento del narcotráfico en el país. La propia Jefa de Estado en la pasada Cumbre de las Américas, echándole la culpa a los Estados Unidos del problema del lavado de dinero en la Argentina, muestra una ceguera muy grande, ya que oculta que el narcotráfico aprovechó las medidas del gobierno para lavar dinero del tráfico de drogas.

La Argentina ha sido acusada por organismos internacionales por la falta de radarización en las fronteras, por la escasa formación de las fuerzas de seguridad para combatir el flagelo de la droga, por ser la Aduana un lugar sin control que deja vía libre a la exportación de estupefacientes, por ser Migraciones un lugar donde no se investiga los antecedes policiales y penales de cada una de las personas que ingresan al país, entre otros temas, que marcan la degradación institucional en la que ha caído la Argentina.

La inacción oficial trae aparejado el grave peligro de que el país se convierta en un narcoestado, con las complicaciones sociales que ello conlleva y que no hacen más que presentar un panorama por demás engorroso para el futuro cercano.

Pelea de pesos pesados

En una parte de su discurso, la presidenta Cristina Kirchner criticó fuertemente a la diputada Elisa Carrió, a quien acusó de tener "un aguantadero" y llevar a su casa a "narcotraficantes".

La jefa de Estado sostuvo que la casa de Carrió era "casi un aguantadero", al recordar que allí se grabó la entrevista a José Luis Salerno, testigo en la causa por el triple crimen de General Rodríguez y que vinculó con ese hecho al jefe de Gabinete.

La candidata presidencial de la CC-ARI, le contestó a la presidenta a través de las redes sociales en forma irónica, al sostener que “la señora Presidente se equivoca: yo nunca traje a mi casa a Aníbal Fernández ni lo nombré Jefe de Gabinete".

El cruce entre ambas líderes políticas se da a pocos días de las PASO que marcarán la recta final para octubre, donde se decidirá el futuro de los argentinos por los próximos cuatro años.

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