Desgarradores mensajes de despedida del joven que atacó al árbitro

Se suicidó de un tiro en la cabeza, poco antes de ser detenido. Le envió mensajes a su mujer, con la que tenía dos hijos, y a una hermana.

No soy fuerte, no sé qué me pasa, no soy yo. Hasta acá llegué. Sé que voy a quedar como un cobarde y cagón, pero me cansé, no doy más. Discúlpenme, por favor”. Con esas palabras, vertidas en un audio a su hermana, se despidió antes de pegarse un tiro en la sien Williams Alexander Tapón (24), el futbolista amateur y albañil que el sábado le pegó una trompada y una patada en la cabeza, ya estando en el piso, a un árbitro durante un partido de fútbol que se disputó en Sarandí.

El joven se quitó la vida la noche del lunes, poco antes de que el fiscal de la causa ordenara su inminente detención por el delito de “homicidio agravado por alevosía en grado de tentativa en el contexto de un espectáculo deportivo”, que prevé de 10 a 15 años de prisión.

Su cadáver fue hallado por familiares y vecinos con un disparo en la región parietal en terrenos de la empresa ferroviaria Ferrosur Roca S.A ubicados en Gerli, a metros de su vivienda. Gracias a los mensajes de despedida que envió, los investigadores creen que mató, aunque el arma no fue hallada.

La ausencia de la misma es la única duda que mantienen los pesquisas, pero estiman que pudo haber sido llevada por algún lugareño, ya que el suicidio se registró en un área oscura, junto a las vías del tren, y los allegados que asistieron a Tapón corrieron el cuerpo unos 30 metros hasta la vereda.

La fiscal aguarda el resultado preliminar de la autopsia y también los resultados de los peritajes para determinar la presencia de pólvora en las manos del fallecido.

“Prefiero que sufran todo de una”

Tapón obtuvo notoriedad en las últimas horas por haber intentado asesinar al árbitro Cristian Paniagua (36), cuando en el marco de un partido en el que él era el capitán de su equipo atacó a la víctima, primero con una trompada y, luego, cuando el hombre cayó al piso y quedó de espaldas, de una patada en la cabeza que lo dejó inconsciente. El referí debió ser internado y poco después recuperó el alta.

“Estuve mal, lo admito. Fueron esos cinco minutos en los que no me pude controlar y reaccioné así. La única explicación que puedo dar es que tenía enojo. El árbitro no ayudó; de entrada estaba cobrando todo para ellos”, dijo en una entrevista. “Le pedí disculpas, de todo corazón, y no me la aceptó. Sé que lo pude haber matado, no fue mi intención, me saqué. La gente no sabe que no soy así. Anoche (por el domingo) no pude ni dormir. Todos me dijeron que lo podría haber matado”, sostuvo.

Su esposa y madre de sus dos hijos, Agustina Lezcano, aseguró que no sabía de dónde pudo haber sacado el arma para suicidarse, que lo había escuchado “muy mal” por lo que había pasado y que le envió un audio por WhatsApp en el que aseguraba que prefería que no lo vieran sufrir en la cárcel.

“Prefiero que sufran todo de una a que me vean sufriendo todos los días en la cárcel”, explicó Agustina respecto al mensaje que le envió Tapón antes de ser encontrado muerto, y denunció, por otro lado, al árbitro, de quien dijo que lo había extorsionado exigiéndole una suma de dinero a cambio de no hacer la denuncia.

Sobrepasado

Por su parte, Priscila, una de las hermanas del joven, difundió otro audio en el que Tapón, con la voz quebrada, se despedía de ella y de otros familiares y le confesaba que estaba sobrepasado por la situación a la que fue expuesto tras la viralización de las imágenes.

En su denuncia, la víctima relató que previo a comenzar el partido notó “un clima hostil” ya que los jugadores del equipo La Cortada “estaban consumiendo bebidas alcohólicas” y mencionó que, luego de insultarlo dos veces, expulsó a uno de los jugadores de ese equipo.

En ese momento, recibió un empujón del jugador expulsado y vino corriendo Tapón, quien le asestó varios puñetazos que lo hicieron caer al piso y, luego, una patada en la cabeza.

¿Quién era?

“Te digo la verdad: me nubló. Cuando me rescaté, ya era todo distinto y me pregunté qué había hecho”, dijo Tapón, quien estaba registrado en la AFIP como albañil y que era padre de un nene de dos años y de otro de siete meses. Trabajó hasta abril en una constructora de Ranelagh y vivía en el barrio Agüero de Gerli. Ya había sido expulsado de otros dos torneos amateurs por su comportamiento agresivo.

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