El celular de Pérez Algaba se activó por última vez en General Rodríguez

Los investigadores determinaron que el teléfono celular del empresario Fernando Pérez Algaba, quien fue hallado descuartizado dentro de una valija arrojada a un arroyo, se activó por última vez en el partido de General Rodríguez el 18 de julio, el mismo día en el que se encontró allí con dos examigos para cobrarles una deuda.

“Lo último que tenemos es que se juntó con ellos y que el teléfono celular registra su último movimiento ahí”, detalló un vocero judicial, al referirse al campo de General Rodríguez inspeccionado por los investigadores, donde Pérez Algaba (41) mantuvo un encuentro con dos sujetos, uno vinculado al rubro de la construcción que le había prestado la camioneta Range Rover Evoque blanca que el empresario empleó para movilizarse los días previos a su asesinato.

Esos dos hombres, al declarar días atrás como testigos en la causa por el homicidio que lleva adelante el fiscal 5 de Lomas de Zamora, Marcelo Domínguez, admitieron haberse encontrado con Pérez Algaba para terminar de saldar una deuda de 150.000 pesos que habían contraído con él.

Según sus dichos, revelados por los pesquisas, “Lechuga” y uno de los individuos fueron a bordo de esa camioneta hasta General Rodríguez, donde se encontraron con el segundo sujeto.

Allí, Pérez Algaba habría recibido 75.000 pesos de esa deuda (los otros 75.000 ya se los habían pagado en una escribanía de Castelar) y, tras ello, le devolvió la camioneta al dueño, que se retiró con el otro sospechoso del lugar. Los dos hombres aseguraron que el empresario les dijo que se quedaría esperando que alguien lo pasara a buscar.

Esa fue la última vez que Pérez Algaba fue visto con vida y que su celular se activó, añadieron los voceros, quienes no obstante ­aclararon que aún resta llevar ­adelante diversas diligencias y que no ­cuentan con evidencia suficiente que permita concretar nuevas detenciones en la causa, más allá de la mujer trans apresada por ser la dueña de la valija en la que fue hallado el cuerpo descuartizado del empresario.