El delito no se toma vacaciones: robos a mano armada en dos comercios platenses
La inseguridad no se detiene en la ciudad. Ahora los malvivientes atacaron en una panadería y en una heladería. No hay detenidos por ninguno de los casos.
Una panadería y una heladería se convirtieron en las últimas horas en los blancos de la inseguridad en la ciudad de La Plata; los atracos tienen un punto en común y es la impunidad, ya que ninguno de los responsables fue arrestado.
Fuentes policiales indicaron que uno de los hechos tuvo lugar el sábado a la tarde, cuando un solitario delincuente se acercó hasta una panadería emplazada en 9 y 43, amenazó a la empleada. Luego le pidió el dinero de la caja registradora y, con el botín asegurado, se dio a la fuga. La víctima, en tanto, llegó a encerrarse en el baño en un momento del asalto y por fortuna no sufrió herida alguna. De acuerdo a los voceros, el hecho se materializó a escasos minutos de las 17, a plena luz del día y en el centro de la ciudad; pero ni siquiera así las autoridades de la Fuerza lograron dar con el hampón, que escapó a pie y se perdió de vista. Lo insólito fue que, además de llevarse la recaudación del día, se apoderó hasta de la alarma del comercio.
“¿Qué pasa que no hay policías en las calles? Porque tampoco están en la costa. Figuran haciendo operativos y no hay nadie. ¿Quién se encarga de esto?”, se preguntó un vecino del barrio. Otro dijo: “La verdad es que es una vergüenza, estamos muy mal. La Policía no pasa nunca”. Los frentistas dijeron reconocer al malviviente, ya que no se trató de un caso aislado sino que ya consumó otros ataques impunes.
En Romero
A su vez, durante la tarde del viernes cuatro malhechores armados estacionaron los dos ciclomotores en los que iban frente a una heladería en Romero, sobre 156, entre 530 y 531. Sus intenciones no eran hacer una compra, sino adueñarse de los elementos y el dinero ajenos. Así uno de ellos enfiló hacia la caja, pistola en mano, dejando a los conductores de los vehículos listos para fugarse. El otro cómplice permaneció en la puerta del local, haciendo de campana.
En cuestión de segundos, mediante amenazas, quien se dirigió a la empleada le sacó todo lo que llevaba encima y, con eso ya en sus manos, huyó junto al resto de la banda.
Los numerarios de la comisaría Decimocuarta, con jurisdicción en la zona, siguen sin poder ubicar a los delincuentes. Revisan las cámaras de seguridad del área para ver si en alguna quedó registrado el incidente.