Etapa decisiva en el juicio por el femicidio de Marianela Rago

La estudiante fue degollada y apuñalada en múltiples ocasiones. Hoy arranca la etapa de alegatos. El acusado era la expareja de la víctima.

El juicio por el crimen de Marianela Rago Zapata, la joven hallada asesinada de 23 puñaladas y degollada en su departamento del barrio porteño de Balvanera en 2010, entrará hoy en su etapa de alegatos. Su expareja está siendo juzgada por el homicidio de la estudiante de periodismo, informaron fuentes judiciales.

La audiencia está prevista que comience a las 10 en la sala del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 29, ubicada en la planta baja del palacio judicial de la calle Paraguay 1536, en el barrio de Recoleta.

En el debate, se juzgará a Francisco Amador (36), expareja de Rago Zapata y quien llegó al juicio en libertad, luego de ser sobreseído en cinco ocasiones entre 2013 y 2018 y, finalmente, procesado por la Sala VI de la Cámara del Crimen.

Amador está acusado del delito de “homicidio simple”, que prevé una pena de 8 a 25 años de cárcel, ya que la figura del “femicidio” que se castiga con prisión perpetua, recién se incorporó al Código Penal a partir de 2013.

El veredicto, en diciembre

Voceros judiciales señalaron que está previsto que este lunes expongan sus alegatos el fiscal general Sandro Abraldes y los abogados de la querella, Esteban Galli y María de la Paz Herrera, del Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídico a Víctimas de Delito de la Defensoría General de la Nación.

En tanto, se espera que el próximo miércoles tome la palabra el letrado Luis Ricca, a cargo de la defensa técnica de Amador, para exponer su alegato. Portavoces judiciales señalaron que se aguarda que para mitad de diciembre los jueces Hugo Navarro, Juan María Ramos Padilla y Rodolfo Goerner den a conocer su veredicto.

Un crimen brutal

Marianela fue asesinada el 27 de junio de 2010, degollada y con 23 puñaladas en su domicilio de Balvanera.

En la primera audiencia, Amador, quien conoció a la víctima cuando era preceptor de su colegio en la localidad fueguina de Río Grande, aceptó responder preguntas de las partes y negó su responsabilidad del hecho.

Marianela fue hallada el 28 de junio de 2010, cuando su hermano Matías fue a ver qué pasaba en el departamento 7 “A” que la chica alquilaba en la calle Tucumán 2080. La estudiante yacía en el piso del living y, según la autopsia, murió degollada. Quien la asesinó le aplicó además 23 puñaladas con una cuchilla que desapareció del cajón de la cocina de la casa.

Durante el transcurso de las audiencias declararon familiares, amigos y conocidos de la joven estudiante de periodismo, quienes coincidieron que la relación con Amador “era violenta y tóxica”, y que su expareja “la maltrataba y le pegaba”.

Por su parte, Patricia Zapata, madre de Marianela, declaró en su oportunidad ante el TOC 29 que Amador “no toleraba que Marianela esté acompañada, ni siquiera con amigas”.

“No creo que haya sido un robo, creo que él la siguió. No hay crímenes perfectos, yo creo que él fue, él la siguió, que le molestó que tuviera una nueva vida. Marianela no se merecía esto”, dijo la mujer, mientras su hijo Matías y su marido Eduardo rompían en llanto, por lo que fueron abrazados y contenidos por sus allegados.

También, en una de las audiencias a puertas cerradas declaró la exmujer de Amador, con quien tiene un hijo y una orden de restricción tras ser acusado de violencia de género.

En una de las últimas jornadas declararon cuatro forenses que formaron parte de la junta médica que evaluó las hipótesis del homicidio.

Héctor Di Salvo, médico legista, quien practicó la autopsia y parte del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia, recordó que el cuerpo de Marianela “tenía muchas lesiones, fundamentalmente punzo cortante, traumáticas, tipo contusas”.

“Predominantemente, la causa de la muerte fue un degüello. También tenía un desgarro en el hígado, que también puede ser una lesión idónea para provocar la muerte”, manifestó el forense.

Con respecto a los golpes recibidos por la víctima, Di Salvo fue contundente al expresar que los mismos fueron realizados “con mucha saña, o de una manera vulgar, diría que con muchas ganas”, y agregó que la damnificada tenía “lesiones de defensa como si hubiera querido parar el arma o los golpes”.

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