La Plata, la ciudad marcada por robos cuyos vecinos se mudan por la inseguridad

Una joven pareja de Ringuelet sufrió un asalto en su casa con ellos presentes. Indignados, y tras realizar la correspondiente denuncia, se van a Capital Federal.

La ciudad de La Plata se convirtió en el último tiempo en un sitio muy complicado para vivir debido a la creciente ola de inseguridad y a la llamativa inacción policial. La mayoría de los habitantes de los barrios admiten que sus “zonas están liberadas” y que los agentes de la fuerza no los apoyan a ellos, sino a los delincuentes, “con quienes manejan un negocio”. Así, son varios los que resolvieron cambiar de aires y abandonar la región tras sufrir algún tipo de hecho delictivo.

Eso fue lo que ocurrió con una joven pareja que dejó atrás Capital Federal para probar suerte en la ciudad de las diagonales. Sin embargo, nada salió como ellos querían y en la madrugada de ayer tuvieron que soportar que sujetos desconocidos ingresaran a su casa y se apoderaran de sus bienes.

Las propias víctimas relataron que se instalaron en Ringuelet, pero la alegría les duró poco. Los hampones se metieron en su domicilio, ubicado a metros de la estación de trenes de la línea Roca, e hicieron de las suyas.

“Entraron a mi casa mientras dormía. Forzaron el portón y la puerta de ingreso”, relató la mujer, y agregó: “Como me mudé hace poco, tengo todo embalado. Se llevaron la bicicleta mía y la de mi novio, que estaban en el comedor”.

Pese al mal trago, tuvo tiempo para agradecer: “Tuvimos la suerte que se las llevaron y no entraron a la pieza. Él (por su pareja) se despertó como a las tres de la mañana y vio que estaba todo abierto y que las bicis no estaban. Ahora me vuelvo a vivir a la Ciudad de Buenos Aires”.

Aseveró que radicaron la correspondiente denuncia y hasta dijo que tienen pistas de los malhechores: “Lamentablemente sabemos que son del barrio; habrán visto que entramos con las bicicletas. No podemos hacer nada, solo esperar que alguien nos dé información y tratar de recuperarlas”.

No está de más aclarar que, pese a la denuncia y a la sospecha de los damnificados, los uniformados todavía no pudieron dar con los responsables, de los que nada se sabe.

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