La banda de los falsos afiladores volvieron a atacar
Se movilizan en una Kangoo verde y en bicicleta. Prometen afilar cuchillos por 150 pesos pero después exigen más dinero. A una jubilada le sacaron 4.000 pesos.
Una de las víctimas era su novia, de 23 años. La otra, una vecina que escuchó el disparo y se asomó a ver qué había pasado. Al verse cercado por los oficiales, el hombre se voló la cabeza.
10/05/2021 - 23:00hs
Lo que ocurrió este lunes a primeras horas de la tarde en un sector de Los Hornos, no muy alejado de la zona céntrica, fue sin dudas el capítulo de terror más espeluznante en la región en lo que va del año.
De acuerdo a lo que los voceros policiales pudieron recabar, Florencia Sandoval (23) estaba dentro de su casa emplazada en 164 entre 62 y 63, al parecer con un amigo, aunque dicha circunstancia no está del todo clara.
Entonces llegó su novio, un policía de su misma edad, inició una discusión con ella y, en el marco de la misma, extrajo su pistola reglamentaria y le disparó, matándola prácticamente en el acto y ya cuando se encontraban sobre la vereda de la propiedad, cerca de las 15.
Tanto la pelea como las detonaciones del arma de fuego fueron oídas por una mujer trans, conocida como Cielo de Lucca, que es vecina de la víctima. Alarmada, salió de su domicilio, emplazado en la misma propiedad horizontal que el de Florencia, y se topó no solo con el horror en carne propia, sino también con el mismo femicida.
Este, sin dudarlo, volvió a apretar el gatillo de su pistola Bersa Thunder calibre nueve milímetros provista por la fuerza, y el plomo que salió de ella acabó en cuestión de segundos con la vida de Cielo, que cayó en el piso y quedó allí.
Fuga y muerte en casa de sus padres
Tras esta segunda agresión, el responsable de la misma, identificado de manera oficial como Juan Ignacio Soto, miembro de la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI) de la Policía Bonaerense y quien residía junto a su pareja, se subió a su auto Volkswagen Gol Trend y se dio a la fuga, con rumbo incierto.
Las explosiones producidas por el arma de fuego alertaron a otros frentistas, que se comunicaron con el 911 y pronto se hizo presente un patrullero. Al constatar el hecho, y ver a las damnificadas al parecer sin respuesta alguna, pidieron por ambulancias y solicitaron, a su vez, refuerzos.
Así, se apersonaron los facultativos médicos, que no hicieron más que constatar los decesos de las mujeres, para luego retirarse. En tanto, uniformados de la Motorizada La Plata implementaron un operativo cerrojo para ubicar al femicida, a quien no tardaron en encontrar por la zona.
Este, al verse rodeado, se bajó del coche al llegar a 166 entre 59 y 60 e ingresó a la casa de sus padres, haciendo oídos sordos a los pedidos de los policías, que le exigían que se entregara. Segundos después, desde el interior de la finca se oyó un disparo.
Tras el arribo de más refuerzos, los agentes entraron y notaron que el sujeto se había volado la cabeza de un tiro en la sien, con pérdida de masa encefálica, dentro de una habitación. Pese a la gravedad de la situación, aún tenía signos vitales y fue trasladado en una unidad sanitaria hasta el policlínico San Martín, donde terminó falleciendo pese a que, en primer término, se lo sacó de un paro respiratorio.
Celos
Anoticiado del suceso, el fiscal actuante, perteneciente a la UFI 8, solicitó la presencia de peritos de la Policía Científica, y les dio intervención a los detectives del Gabinete de Homicidios de la DDI La Plata, a la vez que abrió una causa por los delitos de “doble homicidio y suicidio”.
De confirmarse esta secuencia, la misma se archivará ya que el implicado está muerto. Por lo pronto, la pistola fue incautada y será sometida a las correspondientes pericias.
Hasta el cierre de esta edición, las autoridades intentaban determinar los motivos del ataque: “No lo tenemos todavía”, aseveraron. En tanto, vecinos del área indicaron ante Trama Urbana que Soto “era celoso y ya había amenazado” a Florencia.