Matar o morir

En el último tiempo se produjo una gran cantidad de homicidios en el marco de robos. Comerciantes y vecinos abatidos por ladrones que, en muchos casos, corrieron la misma suerte

La sociedad se cansó, se hartó de la inseguridad y de la falta de recursos policiales, por lo que empezó a actuar en consecuencia, pese a que no sea la medida más aconsejable. En los últimos dos meses, se produjeron decenas de casos en donde peatones, vecinos y comerciantes asesinaron a ladrones durante un robo, o bien fueron abatidos por los mismos. La tolerancia bajó al nivel cero, de un lado y del otro, y todos estamos expuestos. 

“Los cacos valoran cada vez menos sus vidas y, por ende, sienten un total desprecio por la vida ajena”, le comentó ayer a Trama Urbana un jefe policial, tratando de explicar por qué se da este fenómeno criminal y tan bestial, en donde parece que la única solución es matar o morir. 

El último caso se dio en Zárate, el martes, cuando un carnicero apodado “Billy” fue abordado en su comercio por dos maleantes; consumado el ilícito, persiguió con su auto a los autores y 400 metros después atropelló a uno de ellos, quitándole la vida al quedar aprisionado entre el vehículo y un semáforo. 

Sin embargo, no se trató de un caso aislado ni mucho menos, anteanoche, por ejemplo, un remisero fusiló al malhechor que intentó asaltarlo en José León Suárez. Tras un forcejeo, le quitó el arma y le propinó dos balazos. 

El lunes, un comerciante de 35 años fue acribillado en la localidad de Ituzaingó de cuatro disparos por los dos delincuentes que quisieron sustraerle el coche, en momentos en que estaba llegando a su casa junto a su bebé y su señora, que también fue alcanzada por los proyectiles. 

En Lanús se dieron dos hechos más en los últimos días: primero, el médico que mató al ladrón y, después, los cacos que asesinaron el 5 de este mes a un joven de 22 años que acababa de ser padre, frente a su pareja. En ambos casos, el motivo fue querer quitarles el auto.

Además, a fines de agosto un joven  apuñaló hasta dar muerte al maleante que había ingresado a su domicilio, en La Matanza.

En cada uno de los casos, la Policía  Local de cada sector se caracterizó por un hecho puntual: brilló por su ausencia.

Municipalidad tomada

A partir del episodio del carnicero, más de un centenar de vecinos ingresó ayer a la tarde a la Municipalidad de Zárate, al grito de “¡seguridad!” para reclamar por su liberación. Gabriel, familiar del hombre, dijo: “Pedí dialogar con el intendente para que esto no pase más. Pedí por mi hermano y por ustedes”. Los manifestantes comenzaron a retirarse pasadas las 21 y sin causar inconvenientes.

La Plata, en un año crítico

Nuestra ciudad, por supuesto, no es ajena a esta problemática ni mucho menos. De hecho, se convirtió en uno de los puntos más críticos de la Provincia. De los 40 crímenes cometidos en lo que va del año, 16 fueron en el marco de un robo y, lo que es más grave aún, seis se registraron en los últimos 35 días.

El primer incidente tuvo lugar el 8 de agosto, cuando delincuentes asesinaron a Orlando Casimiro (58) en San Carlos, luego de que el hombre intentara evitar un robo contra unos jóvenes del lugar; el 17, Matías Cardozo (22) ingresó a robar, secundado por sus cómplices, a una finca de Punta Lara y terminó muerto a escopetazos;  Eloy Quispe, verdulero de 25 años, dejó de respirar el 20, después de agonizar tras recibir un disparo durante un ilícito en su comercio de El Mondongo; el 23, una entradera en una casa de Olmos acabó con dos víctimas fatales: el policía Leandro Cari (24) y el caco Horacio Chávez (39), ambos perecieron durante el tiroteo desarrollado en uno de los cuartos, y, por último, un menor de 17 años fue asesinado por la espalda, en el centro de la ciudad: se trataba de un ladrón que acababa de cometer un ilícito.

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