Los antecedentes del cómplice del ladrón acribillado durante un robo en Tolosa

El joven de 20 años fue apresado tras querer entrar a un edificio del centro platense.

A dos semanas de haber salido a robar con un cómplice, a quien fusilaron de cinco tiros en Tolosa, un joven de 20 años volvió a las andadas, pese a que estaba siendo intensamente buscado por la policía de la ciudad. Nuevamente no pudo perpetrar el atraco por cuestiones ajenas a su voluntad, pero a diferencia de la primera vez, en esta ocasión no logró darse a la fuga y fue aprehendido, por lo que ahora deberá prestar declaración ante la Justicia platense por varios delitos, señalaron ayer desde la fuerza.

En las últimas horas se dieron a conocer los graves hechos que perpetró en el último tiempo, y que de seguro lo tendrán una larga temporada a la sombra de alguna penitenciaria. De acuerdo a los voceros consultados por este multimedio, el peligroso caco estaba siendo buscado por un “robo doblemente agravado y abuso de arma”, en perjuicio de un ataque en un pet shop, por un “robo doblemente agravado” hacia un repartidor de la empresa de lácteos La Serenísima y por el “homicidio en ocasión de robo”, en donde perdió la vida su cómplice, un menor de 17 años. Con todos estos antecedentes, los portavoces especularon en que tardará en recuperar la libertad.

La captura

Perdió la misma la noche del viernes, cuando junto a otro malviviente se acercaron hasta un edificio céntrico de 48, entre 9 y 10, con fines ilícitos. Forzaron la entrada, pero por suerte un vecino advirtió la secuencia y se asomó desde su ventana para ver qué estaba ocurriendo. Al ser observados, los intrusos se dieron a la fuga, aunque no llegaron lejos.

El frentista se comunicó con el 911 y le brindó los datos de los sospechosos a los agentes que salieron a buscarlos mediante un operativo cerrojo. Uno, que pretendía huir en moto, fue capturado en 10 y 48, y el restante en diagonal 74 y 48, por lo que fueron trasladados a la comisaría Primera. Allí se determinó que uno era el atracador de la distribuidora Don Otto, donde resultó muerto un delincuente.

Asalto mortal

Tal como Trama Urbana informó oportunamente, el robo había tenido lugar el 19 de abril en el comercio de 520 y 12, hasta donde se arrimaron los malhechores, ambos armados. Apuntaron a la cajera y le pidieron la recaudación, bajo fuertes amenazas.

El propietario del lugar vio la secuencia a través de las cámaras de seguridad y salió a defender a su trabajadora. Uno de los hampones apuntó y gatilló, sin que la bala saliera, y el comerciante también abrió fuego.

Cinco proyectiles (tres de ellos por la espalda) impactaron en Ariel Rubén Darío González, quien perdió la vida prácticamente en el acto debido a un “shock hipovolémico secundario a lesión pulmonar, cardíaca y de los grandes vasos, producidas por herida por proyectil de arma de fuego”, según se destaca en la autopsia.

Y allí también se destaca que el cuerpo presentaba “múltiples lesiones por pasaje de proyectil de arma de fuego en tórax, región escapular, inguinal, sacra y glúteo derecho”, lo que condicionó las “lesiones de órganos vitales como pulmones, ruptura cardiaca y grandes vasos”.

Uno de los disparos ingresó por “la región dorsal derecha del tórax” y le afectó los mencionados órganos vitales, indica el informe. El proyectil tuvo una trayectoria de atrás hacia adelante, con orificio de salida en cara anterior de hemitórax izquierdo, sostuvieron los peritos.

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