“Me golpeaba y amenazaba que iba a llamar a sus amigos para violarme”
La expareja del dueño de la radio platense Sonido Selecto realizó una grave denuncia. Según la mujer, él tiene una perimetral pero no la respeta, e intentó prenderla fuego.
La dueña de la agencia de modelos “Las Evas”, Mariana Cerchiara (44), contó el calvario que viene padeciendo por parte de su expareja, el propietario de la radio platense Sonido Selecto, Facundo Caldiero.
En diálogo con diario Hoy, solicitó que la Justicia actué con más celeridad, ya que a pesar de que el acusado tiene tobillera electrónica, no respeta la perimetral.
“Empecé la relación con él en 2015; ya lo tenía de otros eventos pero solamente habíamos intercambiado dos palabras. En noviembre del 2018 organicé un evento para mi agencia, donde además hago desarrollo personal, y convoqué a determinada gente para que el acontecimiento tuviera aún mayor convocatoria”, recordó la víctima.
“Este DJ (Caldiero) estaba en un ambiente conocido y musicalizando muy bien. Entonces lo cité para darle algo más nuevo y moderno. A partir de ahí tuvimos buena onda y nos empezamos a vincular. En diciembre, me invitó a conocer a su familia de Trenque Lauquen y quedé maravillada, porque la gente del campo me atendió bárbaro. Hasta ese momento, no había notado nada (de su actitud), hasta que volvimos del viaje y cambió todo”, contó.
Como la relación iba bien, Cerchiara aceptó irse a vivir con su entonces pareja, pero “enseguida vi rasgos de él que no me gustaban, por lo cual mi nena se fue a vivir con mi mamá. Pateaba la pared o la puerta. Por ejemplo, iba manejando y cuando no le gustaba cómo alguien conducía, se bajaba y empezaba a los gritos y a las patadas. O si la radio no sonaba bien, empezaba a golpear y a gritar. Asocié eso con el consumo excesivo de cerveza”, relató.
Violencia física y psicológica
Entre los primeros episodios violentos que sufrió la damnificada, narró: “Fuimos a la inauguración de Mute, porque él estaba con DJ resident y había invitados especiales, gente de la Municipalidad, del ambiente del fútbol. Él saludaba a todo el mundo, y de pronto me llegó un audio y un corazón, el vio solo el emoticón. Entonces me pone la mano en el cuerpo, se va al baño y sale pegando manotazos y después besa a chicas delante mío. Le gritaba a la gente que yo era prostituta”.
Entonces decidió dejarlo pero una semana después habían vuelto a la relación. Ella rememoró que tras “una cena un sábado, volvimos al departamento, me pegó una piña en la cara y me rompió el Iphone contra la pared. Al día siguiente estuve encerrada, entonces me dio un teléfono usado para que llame a mi familia porque si no se iban a dar cuenta. Todo lo que hacía era pensado”. Además, detalló que una vez su expareja intentó prenderla fuego en la estación de servicio de 6 y 66 cuando intentaba huir de él.
“Ahí hice mi primera denuncia y tuve perimetral durante un mes, pero regresé con él, lo que fue un gran error porque fue un calvario. Hacía el programa de la mañana con la cara toda hinchada con él frente a mí. Él manejaba mis redes sociales y Whatsapp, con lo cual no me daba la posibilidad de pedir ayuda. Me amenazaba con que iba a llamar a sus amigos para violarme y golpearme, y me pateaba las piernas y la espalda; todavía siento mucho dolor en el coxis al sentarme. Otras veces no comía porque no podía tragar a raíz de la inflamación por los estrangulamientos que él me hacía”, concluyó.