“Recién dejó de pegarme cuando me hice la desmayada”

La víctima del vivero ubicado a metros de una sede de la DDI La Plata le contó a Trama Urbana el calvario que vivió durante un asalto. “Nunca dejó de golpearme y asfixiarme”, relató angustiada.

A casi una semana del brutal robo que padeció una mujer en su comercio ubicado tanto a metros de la cancha de Estudiantes de La Plata como de una de las sedes de la DDI local, la Policía no logró dar con el autor, pese a que quedó registrado en al menos una cámara de seguridad. A su vez, mientras el vivero permanece cerrado debido al terrorífico asalto, la víctima dialogó con diario Hoy y admitió que tuvo que simular un desmayo para que el agresor dejara de pegarle en la cabeza.

La damnificada accedió a contarle a este multimedio los detalles del ilícito, perpetrado la tarde del jueves en Kiyoko Cactus, un local dedicado a la presentación y venta de plantas y adornos emplazado en 58 entre 1 y 2.

“Entró un hombre de contextura robusta, de 1,60 metros aproximadamente, haciéndose pasar por cliente. Dio una vuelta y sin mediar palabra me tomó del cuello y me llevó cerca de una puerta que da a un depósito”, arrancó la mujer, para agregar: “Nunca dejó de pegarme y asfixiarme. Nunca me opuse, incluso le manifesté que se llevara todo y que no era necesario golpearme tanto, ante lo cual siguió haciéndolo.

En un momento logré morderlo y correr, pero me tomó por el pelo y continuó pegándome. Solo dejó de hacerlo cuando simulé estar inconsciente. Entonces, abrió la puerta y me tiró al depósito. Puso tierra detrás de la misma para que no pudiera salir. Esperé unos segundos y, cuando advertí que ya se había ido, salí a pedir ayuda”.

Dejó una bolsa con ropa donada
Aún conmocionada por la pesadilla vivida, relató que “lo llamativo fue la violencia innecesaria, ya que nunca me resistí y además soy menudita y petisa. Solo un cobarde ataca así a una mujer. Me pegó patadas y piñas, siempre en la cabeza”. Su pareja, en tanto, le confió a Trama Urbana que “le siguió pegando aún estando ella en el piso. Tuvieron que aplicarle puntos de sutura en tres de las cuatro lastimaduras que recibió, todas cercanas al lóbulo ocular”.

En cuanto al malviviente, la damnificada recordó que tenía “ojos claros, tipo verdosos, y llevaba pantalón azul y remera roja”.
En tanto, destacó que el hombre “venía de algún lado porque llevaba consigo una bolsa donde adentro había ropa que le habían regalado y que dejó en el negocio.

Es de alguien de la zona que se la donó y quizás la conozca. La bolsa parecía recién lavada, según mi hermano y mi pareja, porque yo no la vi”. Por último, mencionó que el vivero “seguirá cerrado hasta que recupere valor y no tenga la cara desfigurada”.

Noticias Relacionadas