Siete víctimas, en una entradera

Una familia vivió una verdadera odisea, cuando fue sorprendida por una banda de ladrones que ingresaron mediante la modalidad entradera en su casa de Gonnet, de donde terminaron escapando con diferentes objetos de valor y dinero en efectivo, señalaron ayer fuentes policiales. 

“Venían unos amigos a cenar y, mientras estaban entrando, paró un auto al lado de ellos y bajaron tres delincuentes encapuchados, con bufandas en la cara”, dijo la dueña del lugar, quien prefirió no ser identificada. Admitió que ella estaba en la cocina cuando irrumpieron en su vivienda de 502 C entre 7 y 8, a las 20.30 del martes. “Empezaron a pedir plata y yo me reí, porque pensé que era una broma. Entonces sacaron un revólver y me apuntaron a la cabeza, aunque me dijeron que me quedara tranquila”. 

En el lugar, además, estaban su esposo, sus hijos y dos amigos, totalizando siete personas, entre ellas un menor de 11 años. “A él uno de los delincuentes le dijo que llevara el perro que tenía para otro lado o que lo haga callar. Ahí fue cuando lo trasladó a la cocina, y cuando yo vi lo que estaba pasando. No entendía nada y mi esposo, que estaba haciendo cosas del trabajo, tampoco”. 

La mujer narró que “nos redujeron a todos y pedían dinero. A mi hija y a sus dos amigos que habían venido a comer los tiraron al piso. La hijita de la vecina de enfrente, que vio que nos estaban robando, les avisó a sus padres y ellos salieron a la calle. Ahí, el que se había quedado en el auto haciendo de campana empezó a tocar la bocina y los que estaban con nosotros se apuraron y se fueron. Estuvieron no más de tres minutos”. Los hampones huyeron con efectivo, carteras, una computadora y celulares. 

Agentes del Comando de Patrullas arribaron luego al lugar del hecho, pero no pudieron dar con los autores. Por último, la víctima detalló que “hay hechos de inseguridad acá, aunque a nosotros nunca nos había pasado, por eso estamos tan shockeados. Yo había entrado el vehículo hacía 10 minutos y había cerrado todo. Abrimos solo para recibir a los amigos de mi hija. Si no hubieran venido, ya no habría entrado nadie a casa. Pero hubiesen agarrado a otros, porque estaban actuando al voleo, evidentemente dando vueltas” .

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