Vecino de Tolosa denuncia que su sobrino le usurpó la vivienda con respaldo de la Policía

La víctima se acercó a este medio para dar a conocer la historia, que se inició hace poco más de un año. Sufrió golpes y amenazas, pero aclaró: “Yo ya no tengo miedo, quiero volver a tomar posesión de mi casa”

Daniel Bustos, un jubilado platense de 64 años, acudió a la redacción de diario Hoy para denunciar que hace más de un año uno de sus sobrinos usurpó su vivienda ubicada en el barrio de Tolosa y se niega a devolverla. El damnificado aseguró que su pariente se asoció con un vecino, que tiene un taller mecánico clandestino, y se dedica a la producción y venta de marihuana utilizando un taxi como pantalla.

“Mi padre puso la propiedad que se ubica en la parte de adelante del terreno a mi nombre, dejando a mi hermana como titular de la edificación del fondo. Mi madre vivió en la casa delantera hasta que tuve que llevarla a un geriátrico. Posteriormente, mi hermana se mudó y la vivienda trasera quedó para mi sobrino. Sin embargo, él se apoderó de todo, comenzó a cultivar marihuana para después venderla. Ahora quiero recuperar lo que me corresponde”, explicó el hombre. 

El pasado 20 de agosto de 2016, Bustos fue a visitar a su madre al lugar donde estaba alojada y, a la salida, quiso ir a ver en qué estado se encontraba el domicilio emplazado en 117 y 522. “Cuando entré al garaje, me encontré con dos autos adentro, desarmados. Inmediatamente le dije a mi sobrino y al mecánico que los saquen y me terminaron patoteando. Llamé a la Policía y casi me meten preso a mí porque el hombre del taller trabajaba para ellos”, aseguró.

Dos días más tarde, el jubilado fue sorprendido en la esquina de 528 y 117 por su familiar y un amigo. “Me corrieron y me pegaron una patada que me hizo tropezar y caer al suelo. Ahí siguieron los golpes, me destrozaron la cara y los dientes. A una cuadra había un efectivo de la Policía Local que se acercó rápidamente pero ellos se fueron. No había móviles de la comisaría Sexta para salir a buscarlos. Me pidieron una ambulancia porque tenía una hemorragia y no paraba de sangrar, pero nunca vinieron. Al final, paramos un taxi para ir a la seccional. Ahí estuve una hora, con una hemorragia constante, y no me atendieron en ningún momento”, relató.

 Coimas y connivencia 

Según Bustos, el comisario de aquel entonces no quiso atenderlo. “Cuatro meses antes me había pedido una coima para solucionar el tema pero yo no acepté, lo cual creo que empeoró todo”, explicó. A su vez, agregó: “De la comisaría me dijeron que vaya a curarme y que volviera en una hora. Fui a varios lugares porque no podía conseguir el certificado para presentar y terminé en el Instituto Médico Platense. Ahí me sacaron placas, ya me costaba respirar. Después, me fui con el certificado a la comisaría pero la denuncia nunca llegó a la fiscalía”.

El hombre tuvo “fractura de hueso, con desviación de la pirámide nasal hacia la derecha”, tal como consta en el estudio que le realizaron en la clínica.“Me tuvieron que hacer una reconstrucción”, aseveró. Meses más tarde, acudió a la UFI nº 5, donde supuestamente se hallaba el expediente de su caso. Pero, para su sorpresa, la denuncia efectuada nunca había llegado hasta allí.

“Después me enteré de que querían armarme una causa. La idea era mandar a la Policía a la casa, que iba  a encontrar los autos sin papeles y yo iba a caer preso por ser el titular de la vivienda, y de esta forma, les quedaba vía libre a ellos (su sobrino y el vecino). Yo ya no tengo miedo, me llaman todos los días a mi celular y al teléfono de línea. Recibo amenazas constantes, me tocan el timbre de noche. A mi señora y a mí nos siguen a todos lados, es una persecución. Yo solamente quiero volver a tomar posesión de mi casa”, finalizó.

Noticias Relacionadas