“Creo que la televisión tiene muy poco humor”

Roberto Moldavsky, que participa en Morfi, todos a la mesa, se presenta esta noche en la ciudad. En diálogo con este medio, habló sobre cómo el stand up le cambió la vida

Hace no mucho tiempo, Roberto Moldavsky era un humorista desconocido para la gran mayoría. Se ganaba la vida gracias a su comercio en el barrio porteño de Once, mientras que ocasionalmente se presentaba en alguna fiesta privada de la comunidad judía en la que, justamente, hacía humor judío. 

Después de su aparición en Ciudad Emergente, festival que cada año se realiza en Capital Federal, logró captar la atención de muchos jóvenes, y desde ese momento no paró de crecer. Esta noche regresará al teatro de calle 43 nº 632 con su show Moldavsky suelto en La Plata. En diálogo con diario Hoy, se refirió a su espectáculo y a cómo ve la actualidad humorística en la televisión nacional.

—Estás viniendo cada vez más seguido, ¿cómo te llevás con La Plata?

—Empecé el año pasado un poco más seriamente. Vinimos hace un mes, se agotaron las entradas y nos quedamos con ganas de que nos viera más gente. Decidimos volver, repetir un poco lo que hicimos y sumar algunas cosas nuevas que incluimos en el show de Capital. El público de La Plata es muy copado para los humoristas, solemos hablarlo entre nosotros, se sabe que es bueno.

—Arrancaste con el humor judío, ¿se expandió el repertorio? 

—Totalmente. Tengo el distintivo de manejar ese género, pero la mayoría de los eventos no los hago dentro de la comunidad. Voy a trabajar con algo de humor judío porque es divertido y distinto, pero no es lo único que me caracteriza. 

—¿Cuándo te diste cuenta de que estabas viviendo de esto?

—Vivo del humor hace tres o cuatro años, desde que dejé el negocio que tenía. Yo te puedo decir que cambié mi vida a los cincuenta años: la muestra más grande de que hay que hacer el esfuerzo de vivir de lo que a uno le gusta. La mayoría de las horas de nuestra vida las pasamos en el trabajo. Los que piensan que ya se les pasó el tren, que se fijen en mí. La vida me cambió de verdad.

—Carlos Sánchez te nombró como uno de los que estaba pisando fuerte, ¿qué te genera?

—Son tipos que estoy acostumbrado a mirar como espectador, y me ha pasado con algunos monstruos que me han mencionado. Carlos es alguien que por suerte me pude cruzar en un programa de televisión. Que tenga la generosidad de nombrarme y la humildad de tratarme como un par... No se puede agregar nada más. Es buena gente, no está preocupado porque otro pueda ocupar su lugar.

—¿Cómo ves la televisión actual?

—Yo soy de la generación que, cuando éramos adolescentes, tenía cinco o seis programas de humor para elegir: Alberto Olmedo, Carlos Porcel, humoristas uruguayos, Tato Bores. Tenías que elegir, había mucha oferta. Hoy te diría que está Diego Capusotto, vuelve Sin Codificar y Morfi, que le dan un espacio al género. No sé si hay mucho más. Creo que la gente valora mucho el humor. No sé cuáles son los criterios de los productores, pero sí sé que debería haber más. Donde hay humor, la gente lo valora, lo ve y lo agradece, no es un invento corporativista mío. En la radio también me lo hacen saber. Creo que la televisión tiene muy poco humor.

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