Santiago Zapata y Leandro Naranjo estrenan su película en BAFICI
El dúo habló sobre el proyecto.
La Cumbre es la película de Santiago Zapata y Leandro Naranjo, con la que llegan a Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI), protagonizada por Zapata y una participación especial de Roger Koza. El dúo habló con nosotros sobre el proyecto.
—¿Sensaciones de presentar la película en BAFICI? ¿Era uno de los objetivos que tenían?
—Santiago Zapata: era un objetivo que teníamos algo especial con la edición de este año del 2024, porque hace 10 años atrás, en el 2014, vinimos con el Leandro, su ópera prima y mi segunda película como protagonista, entonces volver 10 años después, los dos juntos, con una película producida por los dos, dirigida por los dos, en este caso es mi ópera prima como director, significa la verdad que un montón. Es como una especie de círculo que de alguna forma se cierra y creemos que BAFICI, al ser un festival muy temprano en el año, que la película inicie su recorrido en el festival, le da visibilidad a la película temprano. Entonces, en ese sentido, nos parece que está muy bueno. Después, no menor, hay algo muy particular con la edición de este año, con todo lo relacionado a lo que tiene que ver con la cultura y con el cine, y tener la posibilidad de mostrar la película, da la posibilidad al encuentro, al diálogo, a la reflexión y de entender que son espacios supervaliosos. Y que la producción de películas, del tamaño que sea, es importante y vale la pena manifestarlo en cada posibilidad que se pueda. Entonces, presentar la película este año funciona como un acto de perseverancia y de resistencia y de defensa del cine argentino, que este año está atravesado por constantes ataques indiscriminados.
—¿Cómo trabajaron entre ambas las múltiples referencias que tiene la película a la literatura y el cine de género?
—Leandro Naranjo: Las múltiples referencias en algún momento fueron acotándose, quizás precisamente por el trabajo que hacíamos a la par con Santi. O sea, el filtro de que ambos nos convenza la referencia era un filtro importante. Y en ese sentido fuimos los dos muy permeables para poder perfilar un estilo que nos resultara cómodo a los dos y que tuviéramos ganas, obviamente, de llevar adelante. Tuvimos muchas reuniones, algunas de ellas virtuales y siempre me dieron un montón de películas, siempre vimos fragmentos de escenas y películas mientras conversamos respecto de la propia. Y fuimos incluso tomando referencias directas de planos que eventualmente los íbamos a buscar de repente, hablando de tal o cual escena. Ah, yo me acuerdo de este plano, de esta secuencia, en esta película, y así vamos un poco dándole de forma a la nuestra, como en base a esas múltiples referencias ir buscando la forma propia. Pero creo que el trabajo de a dos, en ese sentido, es muy fructífero, porque va generando un buen filtro y es un feedback permanente, un ida y vuelta permanente que se va retroalimentando y está bueno. Es como que hay un gran embudo que trabaja más eficientemente que si uno tal vez trabajara solo, hay siempre un doble check sobre cada decisión, y eso me parece que siempre es provecho.