entrevista

Carola Reyna: “Estamos como el nadador de aguas abiertas, no sabiendo mucho cuándo llegamos a la costa”

La actriz se presenta con el elogiado unipersonal que reflexiona sobre la maternidad y los mandatos.

Okasan Diario de viaje de una madre, basada en el libro de Mori Ponsowy, que cuenta la historia de una mujer viaja por primera vez a Japón para visitar a su único hijo que se fue a vivir a ese lejano país, llega por primera vez al Teatro Coliseo Podestá este domingo, con el protagónico de Carola Reyna, con quien hablamos en exclusiva.

—¿Cómo vivís este momento con tanto ataque a compañeros? Que no se puede expresar nada que es mal entendido...

—Yo te digo, no sé si es el lugar del actor o del lugar de cualquier persona. Se parece mucho. Yo siento que tal vez los actores trabajamos con la sensibilidad también y no sé si a veces pecamos de ser seres demasiado sensibles. Pero bueno, para mí la palabra ser sensible no es un insulto, es algo con que, bueno, a lo mejor tenés entrenado eso, que después hace que eso te pueda emocionar, que te pueda acomodar, que te pueda hacer reír. Entonces, a veces siento que tenemos el cuero más curtido, a veces somos como un radiador al que se le pegan muchas mariposas en la ruta, que quedan estampadas, porque, bueno, ponés un poco el pecho, ponés el corazón, ponés la sensibilidad. Y más allá, por eso creo que no somos un mundo demasiado común y corriente, por otro lado, yo creo que para cualquiera la agresión y el miedo va reaccionando y va como dejándote, curiosamente, un poco indefenso, esa es la trampa. Uno quisiera tener más armas para defenderse y sentís que te vas como lastimando, dañando. Pero siento que estamos todos, por algún motivo, no sé si todos, pero muchos, por algún motivo o por otro, haciendo un gran esfuerzo para no estar por debajo de la línea de flotación del ánimo, de la alegría, del dinero para sobrevivir, en fin, estamos como el nadador de aguas abiertas, no sabiendo mucho cuando llegamos a la costa

—¿Cómo te sentís con poder llevar la obra a otros lugares más allá de la Ciudad de Buenos Aires, y en este caso presentarte en La Plata con Okasan?

—La verdad que es como una experiencia nueva y está buenísimo, porque esa sensación de acercar el teatro es como facilitar algo que sabes que al otro le va a hacer bien, que le va a gustar, que le va a rendir. A veces es real que está un poco centralizado todo en CABA, entonces ir un poco hacia donde está el otro es otra manera de acercarse y se siente como un agradecimiento. Y particularmente ir a La Plata con ese teatro divino, bueno, es fuerte. La primera vez que fui ahí, hace mil años con China Zorrilla, haciendo Fiebre de Heno, en una época que nos daban medallas. Es como un lugar muy icónico, muy bello. Mucha historia.

Noticias Relacionadas