“La familia y las amistades me dan motivos para hacer reír a la gente”

Desde Carlos Paz y en diálogo exclusivo con este medio, la actriz se expresó sobre el éxito que transita con la obra teatral Abracadabra, su pasión por la profesión y el vínculo entrañable con sus afectos

Dueña de una simpatía innegable y de un físico soñado, Iliana Calabró es una figura que trasciende en el ambiente. Miembro de una familia de artistas y con Juan Carlos Calabró como su gran ejemplo en el mundo de la comedia, la actriz está vigente tanto arriba de las tablas como en la televisión, luego de su paso por la pista del Bailando 2016.

En una entrevista con diario Hoy, la artista habló de una de las apuestas fuertes de la plaza cordobesa, Abracadabra, que comparte con Pedro Alfonso, Freddy Villarreal, El Bicho Gómez, Silvina Luna, Charlotte Caniggia, El Polaco, Tomás Fonzi y Flor Vigna.

—¿Cómo estás viviendo esta temporada en Carlos Paz?

—La vivo con la felicidad de contar con un producto entretenido, que hace reír a carcajadas y que provoca algo maravilloso. Modifica el estado de ánimo de la gente. Además, tenemos un equipo muy querido por el público, y cada uno le aporta algo particular al show. Sorprendemos con la magia, la escenografía y un hermoso vestuario. 

—¿Qué rol creés que ocupa hoy la mujer arriba de las tablas?

—Nosotras hemos tenido mucho protagonismo, más allá de la revista en la que el capocómico estaba a la cabeza. Abracadabra tiene un elenco en el cual los varones -Freddy, El Bicho, Pedro, Tomás- juegan con el humor con mucha cintura y este se reparte en función de los roles en la obra. Las mujeres tienen un protagonismo fabuloso, pienso en Susana, Mirtha y Nacha, en sus respectivos espectáculos, o en mí misma, cuando me tocó encabezar una comedia.

Todo se da en función de lo que la gente elige. Una cosa es lo que vende la televisión, en donde el público no tiene que pagar entrada, vestirse y elegir entre muchos. Pero el teatro tiene esa magia, en la que la gente saca una entrada con anticipación y se toma el tiempo de arreglarse y acercarse a vernos. Ahí nuestra responsabilidad es que la pase bien. 

En el caso de una comedia como Abracadabra, que antes se planteaba con un escenario móvil, un telón de fondo y cuatro trapos reciclados, ahora cuenta con mapping, iluminación, banda de sonido y más cambios de vestuario. Es una puesta y una inversión relevante. 

Hoy, cada uno de nosotros podría estar al frente de un espectáculo propio, o ya lo estuvo. Antes, solo los cabezas de compañías importantes lo hacían.

—¿Esa libertad le suma a la obra?

—Cada uno podría estar haciendo un espectáculo por sí mismo, y creo que eso hace que la gente encuentre lo que viene a buscar: una fiesta en comunión con nosotros.

—¿Cómo seguirá tu año?

—Me sorprendió que Pedro quisiera hacer gira, porque la última que hizo fue con Mansión. No estaba en mis planes sumarme. Yo quería descansar un poco este año, tenía ganas de hacer algo televisivo, porque la gira te demanda mucho tiempo y preparación. El año pasado, que estuve con el Bailando, no tenía ni tiempo para dormir. Fue un año muy gratificante, pero con el cansancio que se empieza a sentir. Así que estoy evaluando qué haré para compatibilizar la vigencia en televisión, que quiero, con la gira de Abracadabra. Siento que hay que aprovechar este momento y lo demás lo decidirá Dios, que es quien marca el camino.

La familia como estandarte

Iliana no puede evitar vincular su trayectoria con su familia. Su padre, el gran Juan Carlos Calabró, cimentó en ella, su hermana Marina y su madre Coca un cariño entrañable: “Cuando estaba con mi unipersonal comencé a sentirme muy sola. No en el escenario, que es mi lugar, sino que sentía necesidad de mis compañeros. Era un momento muy delicado, por la pérdida de mi papá, y con un contenido que era muy particular y me hacía mal. Me tuve que bajar de algo que me había dado mucho placer también. Yo soy familiera, amiguera, necesito compartir”.

—¿Cómo es un día en tu vida?

—Este año la familia se amplió: con los tres hijos que tiene mi pareja, Antonello, y dos míos, sumado a que me visitó mi sobrina, la casa estuvo siempre llena de gente. Me levanto tarde y pienso qué haré de comer. Levantamos la mesa a las tres de la tarde. Enseguida me preparo para ir a trabajar, porque arranco temprano con el maquillaje, el pelo y la ropa, considerando que uno entra al teatro de día y sale de noche. Entrar ya me lleva media hora, porque me saco fotos con la gente. A veces voy al supermercado, pero estoy horas ahí, porque los fans se detienen a saludarme y a decirme que me fueron a ver.

Viví con mucha naturalidad mi profesión. Los compromisos que se asumen como cabeza de familia y mamá hay que cumplirlos. Se trata de responsabilidades naturales. 

Tal vez en la vorágine te encontrás con gente que se pierde de disfrutar de estas cosas y decís: Qué bobo, si se puede hacer todo.

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