Lola Cordero: la periodista que pone el acento en los escándalos

Llegó a la Argentina desde España después de la crisis de 2001 y se hizo famosa en los paneles de Bendita, Gran hermano e Intrusos. En esta nota, su opinión sobre el rating, la televisión y la fama

Nacida en Barcelona, Dolores Cordero Gómez, más conocida como Lola, finalizó el secundario y estudió Trabajo Social, Periodismo, Actuación y Dirección Escénica. De esta manera, consiguió un puesto dentro de la productora de Monólogos de la vagina, una obra teatral que tuvo un éxito rotundo en la Argentina y en España.

Corría el año 2001 cuando, por amigos en común, la comunicadora conoció al argentino Alexis Puig, el reconocido crítico de cine, quien se encontraba haciendo una especialización en el séptimo arte en una universidad de Madrid. El flechazo fue instantáneo y a los dos meses se casaron en la Argentina. De esta unión nacieron dos hijas, Eva y Lara.

Una vez instalada en el país, Lola hizo algunos trabajos de doblaje para producciones digitales. De a poco fue construyendo su propio camino en la televisión argentina y su gran oportunidad llegó cuando Beto Casella la convocó para que fuera panelista en Bendita TV. A esta propuesta le siguieron las participaciones en la segunda edición de Gran Hermano  e Intrusos.

En la actualidad, la periodista continúa en el magazine de canal 9 y forma parte de tres programas de radio. Durante una charla con diario Hoy, habló sobre su incursión en los medios argentinos.

—¿Cómo fue llegar al país en un momento en el que muchos elegían irse?

—Llegué en el año 2003 porque me casé con un argentino y decidimos instalarnos acá. Mi primer trabajo tuvo buena repercusión y fue levantado por Beto Casella, que es amigo de mi marido, y ahí comenzó todo. Estuve en Bendita TV, también en Intrusos y luego volví a Bendita. Al día de hoy me acuerdo de la primera nota que hice, un día tremendo de lluvia, bajo el paraguas y con una chaqueta roja. Todavía tengo una foto de eso.

—¿Cuándo fue el primer momento en el que te sentiste famosa?

—En realidad me siento conocida. Digamos que con la radio ya me daba cuenta de las repercusiones cada vez que subía a un taxi, pero hubo un momento de exposición muy grande, que fue cuando participé en aquel Gran Hermano  exitoso, con Marianela Mirra, donde hacíamos 50 puntos de rating. Ahí, los chicos que eran muy fanáticos, directamente se te tiraban encima. Eso fue muy sorprendente para mí, porque nunca lo había vivido. Creo que el hecho de hacerme conocida tuvo que ver con mi acento, pero por suerte ya trascendió y pude salir de ese lugar.

—¿Qué mirada tenés sobre la televisión argentina y la española?

—Creo que lo más maravilloso que tiene la televisión es la variedad. Hay ficciones, programas de entretenimiento, tanto acá como allá, y hoy en día está todo tan globalizado que los formatos se compran, se venden y se adaptan. Por eso existe Expedición Robinson o Gran Hermano  en muchos países y el formato es el mismo.

—¿Cómo ves el tema de la pelea por el  rating?

—El rating cambió mucho las cosas porque antes un programa aguantaba más tiempo en el aire si no funcionaba, y se iban haciendo cambios en su estructura para adaptarse a lo que iba pasando. Pero con el rating es todo mucho más dramático, porque hay una obsesión por ver qué funciona. Esto, por ejemplo, lo vemos en cómo sufren quienes hacen ficciones diarias.

—En ese sentido, ¿cuáles son tus límites a la hora de informar?

—Generalmente no tengo ese dilema, porque no doy exclusivas ni primicias, mi trabajo pasa más por comentar lo que está pasando. No hago investigación, sino que es más de debate, tanto en Bendita como en la radio, es información ya conocida. En cuanto a los límites, cuando hay noticias que involucran a menores o incursionan demasiado en la intimidad de alguien, tengo la opción de no hablar de eso.

—¿Cuál fue el escándalo argentino que más te impactó?

—Cuando creés que ya lo viste todo, en la farándula argentina aparece un escándalo que supera al anterior. Por ejemplo, cuando Nicole Neumann se peleó con su esposo, Fabián Cubero, salió llorando en todas las entrevistas y uno pensaba que tenía la bomba del año. Sin embargo, a las dos semanas vino el escándalo de infidelidad entre Diego Latorre y Natacha Jaitt. Entonces vas de salto en salto y no sabés qué es lo siguiente, una noticia tapa a la otra cada semana.

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