Puntos de vista

La víctima, una persona devaluada

Juan José Ruiz, magistrado del Tribunal Criminal N°1 de La Plata, indaga acerca de los derechos de las víctimas en el proceso judicial. Señala que el delincuente elige serlo, mientras que el damnificado no tiene opción 

Especial para Hoy

n estos tiempos de devaluación, la víctima, entendida como la persona afectada por un delito, es sin dudas la más perjudicada. No por los avatares económicos, sino por los defensores del garantismo del libertinaje. Se trata de aquellos que, en vez de defender a la sociedad, otorgaron más derechos y garantías a los delincuentes.

Antes que la actual gobernadora Vidal y su ministro de Justicia, el Dr. Ferrari, soñaran con ocupar los cargos que hoy ostentan y hablaban de “dar más garantías a las víctimas”, un reducido grupo de jueces veníamos pregonando, en la soledad y casi en el ostracismo intelectual, esta necesidad (a mis sentencias de años anteriores me remito, ver CNº 1563/4444 y acum., Suárez Diego Alberto Sent. del 17/11/15, entre otras).

Los mal llamados garantistas (dado que todos los jueces lo somos, porque si no respetamos las garantías, cometemos un delito), causantes del libertinaje en que hoy nos encontramos, argumentan en contra de la participación de la víctima en el proceso penal. Plantean que la intervención de esta solo da lugar a intereses oscuros motivados por el deseo pecuniario o simplemente de venganza, y que sus derechos se encuentran garantizados por el fiscal, que actúa en su representación.

Hay verdades y mentiras en tales ideas. Considero que la víctima tiene todo el derecho, como ser humano, de obtener el castigo del culpable.

A tal punto es cierto lo anterior que su participación en la investigación y los aportes que realizan en los debates, contribuyen en innumerables casos al esclarecimiento del delito, ilícitos que, de no ser por su accionar, pasarían a formar parte de la pila de expedientes catalogados como “NN”, ante la inactividad del Estado.

¿Qué padre o madre, a los que les matan un hijo, no busca venganza? Algunos mimetizan sus pasiones y dicen que solo quieren justicia. Pero en el fondo efectivamente buscan revancha. Son humanos y reaccionan como tales. Por ese deseo, que cualquiera tendría, ¿se lo debe marginar del proceso penal? ¿No estamos los jueces acaso para poner freno a sus pasiones?

Hay una diferencia: el delincuente elige serlo, la víctima no tiene opción. ¿Por eso vale menos la víctima que el reo? Todos estamos a segundos de convertirnos en víctimas.

Estos “amigos de los reos” parecen ignorar, el principio de inocencia. En efecto, así como un delincuente no es culpable hasta que una sentencia lo declare tal (art. 18CN), la víctima no es víctima hasta que la justicia no acredite la exteriorización material del hecho. ¿Por qué a la víctima se le obstaculiza demostrar su condición de tal?

En un homicidio, la víctima está establecida, pero ello no obsta para que sus familiares, intervengan en el proceso penal como particulares damnificados con mayores derechos a los que hoy tienen, y en todo pedido de libertad que se efectúe a favor del delincuente.

La Declaración Universal de Derechos Humanos, incorporada a nuestra C. N. por el art. 75 inc. 22, dice desde su preámbulo mismo que los derechos y garantías que ella establece son para “todos los miembros de la familia humana”. Es decir: salvo un extraterrestre, toda persona tiene derechos. ¡Las víctimas también tienen derechos, y son humanas! Y no solo los delincuentes, como pretenden hacernos creer.

El año pasado, en un hecho que me tocó juzgar, hablé sobre la necesidad de establecer como agravante el ingreso a un domicilio privado –entraderas-. Cuatro sujetos ataron con precintos a una anciana de 85 años y a su hija de 55. Una vez reducidas, fueron golpeadas, torturadas con un encendedor y con un destornillador que les pasaban por sus cuellos. Tanto les pegaron, que cuando llegó la Policía a rescatarlas la anciana gritaba “¡no me peguen más!”. Sin embargo, nadie se acercó a ellas para saber al menos cómo se encontraban. ¿Y los derechos humanos de las víctimas?