Preocupante: sube la pobreza

Tres de cada diez argentinos no pueden acceder a adquirir la canasta básica de alimentos. El impacto de la devaluación hizo que hubiera un millón de nuevos pobres en el país. Crece el número de hogares que recibe ayuda social

La economía argentina se encuentra en un punto de inflexión con un fuerte estancamiento, restricción que limita la creación de empleo, el consumo y la capacidad de los ciudadanos para hacer frente a la creciente inflación que mes a mes merma sus bolsillos.

El objetivo de “Pobreza 0” fue uno de los artífices que le permitió a Mauricio Macri llegar a la presidencia de la Nación. Por el momento, tan noble objetivo parece no producirse, ya que de acuerdo a un estudio realizado por la Universidad Católica Argentina (UCA), el salto en el peso argentino producido por la devaluación del pasado mes de diciembre, llevó a que los pobres aumentaran en nuestro país.

Para la alta casa de estudios, la cantidad de personas que no pueden acercarse a comprar la canasta básica de alimentos creció a partir de diciembre, llegando a casi el 31% de la población que pasó de estar en la Clase Media a sucumbir a un estado de pobreza.
Según el estudio efectuado por la UCA, en los últimos tres meses alrededor de un millón más de argentinos se ven imposibilitados de acceder a adquirir todos los productos necesarios para poder lograr una manutención correcta y adecuada de sus familias.

Números a la baja

De acuerdo a la medición, una familia tipo compuesta por 4 personas, para no caer en la pobreza, necesita al mes $16.871, un 33% más que el año anterior, lo que marca a las claras los estragos que ocasiona el drama no solucionado de la inflación en el bolsillo de los sectores más vulnerables.

A pesar de esta situación negativa, los planes sociales que se implementan a lo largo y ancho de la Argentina, han servido para que estos nuevos integrantes de la clase baja no caigan en la indigencia y recibir una mínima atención por parte del Estado.
La situación se torna dramática si se tiene en cuenta que el 30% de los hogares argentinos recibe alguna clase de ayuda social, logrando cubrir solo la tasa de indigencia básica, es decir, se hace que no pasen más un hambre que les imposibilite desarrollar sus actividades, pero a la vez las acciones efectuadas no consiguen sacarlos de la pobreza estructural en la que se encuentran inmersos.

Con el 54,2% de su población bajo la línea de pobreza, Chaco encabeza el ranking de provincias más pobres, seguido por Santiago del Estero (50,3%) y Jujuy (48,5%), siendo por su parte la ciudad de Buenos Aires el territorio con menor cantidad de pobres con el 16,6%.

Los números fríos de la realidad marcan que en nuestro país el plan económico desarrollado por Alfonso Prat-Gay, tiene como efecto colateral un incremento en la cantidad de personas que pasan hambre, ampliando de esa manera la brecha entre los que más tienen con los menos poseen.