Vergüenza ajena

En momentos en que los platenses aún lloran las más de 50 muertes del temporal, el kirchnerismo ayer hizo una fiesta en la facultad donde concentraron el reparto de donaciones

En una infame puesta en escena, 12 días después del temporal que causó estragos y muerte en la región, el gobierno nacional ayer realizó un festivo cierre de la denominada “campaña solidaria”. Ocurrió en la Facultad de Periodismo de la UNLP, que tras la catástrofe del 2 de abril se convirtió en el búnker de La Cámpora, organización integrada por militantes rentados que centralizaron las donaciones administradas por el Estado en la ciudad. 

El espectáculo de ayer dio vergüenza ajena: jóvenes y varios no tan jóvenes, saltaron, bailaron, hicieron rondas y -en la explanada de la facultad- hasta se animaron a los típicos pogos que se hacen en los recitales de rock. Todo esto tuvo lugar en momentos en que los platenses estamos viviendo las jornadas más tristes de nuestra historia, con más de 50 muertos producto de las inundaciones, más de 200 mil personas que perdieron todo lo conseguido durante una vida de trabajo; y 2.000 comercios que bajaron sus persianas y que difícilmente puedan recuperarse en el corto plazo, en medio de una profunda recesión económica y una inflación galopante.

La señora presidenta, que desde hace dos años mantiene un estricto luto por su marido muerto de un infarto, pareciera que considera a las víctimas de temporal -y a sus familias- como ciudadanos de segunda. Por eso ni siquiera tuvo el recado de evitar que ayer se termine festejando la tragedia. 

Ausencia del Estado

Las  muertes ocurridas en La Plata están estrechamente relacionadas con la ausencia del Estado, ya sea en lo que se refiere a la falta de inversiones públicas (el gobierno nacional gasta un tercio en obras para evitar anegamientos, de lo que destina en futbol para Todos, ver página 4), como así también por la ausencia de planes de emergencia para hacer frente a este tipo de catástrofes.  

De hecho, desde la administración K aún deben dar explicaciones acerca de lo que realmente ocurrió en la explosión registrada en la Refinería de Ensenada, en pleno temporal, que requirió que gran parte de los bomberos de la región estuvieran destinados a combatir el siniestro. Por eso se dejó en la más absoluta indefensión a los barrios platenses, donde la gente moría ahogada. 

Los festejos de ayer estuvieron encabezados por Gabriel Mariotto, más conocido como el Julio Cobos del kirchnerismo, que es vicegobernador bonaerense por obra y gracia de la presidenta Cristina Fernández, que lo puso a dedo como compañero de formula de Daniel Scioli. 

Como era de esperar, también se la vio a la decana de la Facultad de Periodismo, Florencia Saintout, convertida desde hace tiempo en una suerte de talibán del kirchnerismo, que intenta dejar de ser una ignota dirigente universitaria a partir de defender lo indefendible. Por ejemplo, Saintout –entre otras barbaridades- llegó a decir que el gobierno no tenía ningún tipo de responsabilidad en el siniestro de Once, y hasta impulsó que en su facultad se premiara al venezolano Hugo Chávez, en momentos en que el entonces presidente caribeño era acusado por prestigiosos organismos internacionales por violar, de manera sistemática, la libertad de expresión en su país y por perseguir a periodistas independientes. La frutilla del postre fue galardón entregado a Hebe de Bonafini, luego de conocerse la estafa millonaria, con fondos del Estado (que pagan toda la ciudadanía), que ocurrió en la fundación que ella preside.

Primero la deuda externa, después la gente

El kirchnerismo hace 10 años que está en el poder y  no ha realizado ninguna inversión de importancia en la región para prevenir las inundaciones.  Eso sí: cumplió como casi ningún otro gobierno de la historia en pagar los vencimientos de la fraudulenta deuda externa, destinando miles de millones de dólares sin realizar ninguna auditoría, cuando existen fallos judiciales en nuestro país que indican que gran parte del origen de estos compromisos son espurios.

Pocos días después de las inundaciones, cuando gobierno nacional autorizó la transferencia de más de 2.300 millones de dólares del Banco Central  para pagar  vencimientos de deuda externa. La cifra, que al cambio oficial supera los $12.600 millones, equivale a más de 18 veces el monto que se requeriría para evitar que el arroyo del Gato se siga desbordando.

 

Infame clientelismo

El vergonzoso accionar de las autoridades gubernamentales se complementó con las prácticas más infames de clientelismo político, a la que nos tiene acostumbrado el kirchnerismo. Nuestro diario reflejó, oportunamente, las denuncias de voluntarios que prácticamente eran corridos de la Facultad de Periodismo, por no querer ponerse las pecheras de Unidos y Organizados (una suerte de federación de agrupaciones ultrakirchneristas, sostenidas con recursos del Estado) o las remeras de La Cámpora.

Asimismo, según denunciaron distintas fuentes consultadas por Hoy, en la unidad académica se habría realizado un importante acopio de mercadería, que aún no llegó a los damnificados, cuando hoy se cumplen 13 días de las tormentas que sacudieron a la región.

Desfile de funcionarios

Desde el mismo momento en que se montó un búnker de La Cámpora en Periodismo, comenzaron a desfilar personajes del gobierno nacional. El domingo 7 de abril estuvo la presidenta Cristina Fernández, y en la semana también estuvo el 

inefable vicepresidente Amado Boudou, que tiene sobre sus espaldas pesadas denuncias judiciales por su relación con el escándalo de la exCiccone y por presuntas irregularidades patrimoniales. 

El fin de semana, en la Facultad de Periodismo, también se lo vio al ministro de Trabajo, Carlos Tomada, que se encuentra en el ojo de la tormenta tras conocerse escuchas telefónicas que demuestran que el funcionario estuvo en contacto con el titular de la Unión Ferroviaria, José Pedrazza, luego del asesinato de Mariano Ferreyra. También se la vio a la ministra de Industria, Débora Giorgi, y al diputado Andrés “Cuervo” Larroque, quien días atrás tuvo su minuto de fama tras increpar a un periodista de Canal 7 que le preguntó por qué usaban pecheras de La Cámpora para distribuir mercadería que había sido donada anónimamente.