La víctima tenía 16 años

Salvaje femicidio: asesinó a una menor de un tiro por la espalda

Ocurrió en la puerta de una casa de Melchor Romero frente a la madre y una hermana de la víctima, quien tenía 16 años, doce menos que su agresor. En los últimos 30 días se produjeron quince homicidios

Los motivos nunca podrán saberse, porque no hay razón alguna para asesinar por la espalda a una menor de 16 años. Sin embargo, un criminal, de nacionalidad paraguaya, lo hizo y se convirtió en el triste protagonista de un nuevo femicidio en nuestra ciudad, en un hecho que se produjo ayer por la mañana en Melchor Romero.

Fuentes policiales y judiciales le informaron a Trama Urbana que todo sucedió a las 8.15 en la puerta de la casa de Lucía Guadalupe Ríos Muller, quien se encontraba con su pareja, Gustavo Arzamendia (28), en 158 entre 34 y 35. “Comenzaron a discutir, aparentemente por cuestiones sentimentales y la diferencia de edad entre ambos”, le confió a este medio un vocero. Dentro de la finca estaba la madre de la adolescente, una ama de casa de 32 años identificada como Claudelina Ríos, y una de las tres hermanas de la víctima, de cuatro años. 

En medio de la pelea, el hombre, que vive en 35, 158 y 159, extrajo un revólver calibre .38 y no dudó en apretar dos veces el gatillo. Uno de los proyectiles siguió de largo, sin lesionar a nadie, pero el otro impactó “en la región lumbar-abdominal” de la damnificada, ingresando por la espalda y presentando “un orificio de entrada pero no de salida”, según una fuente médica, quien agregó que, por lo “rápido que murió, la bala tocó uno de los vasos sanguíneos más importantes”.

Cerrojo en toda la ciudad 

Mientras Lucía se desangraba, Arzamendia se dio a la fuga. “Corrió unos metros y se subió a un auto”, le contó a este medio un vecino. Un jefe de la fuerza amplió ese dato: “Se trata de un Chevrolet Corsa tres puertas de color gris, patente EPI 022”. 

Alertados por los frentistas, un móvil del Comando de Patrullas, al mando de Ricardo Astopini, se dirigió al lugar y trasladó a la mujer junto con su progenitora al Hospital Alejandro Korn de Melchor Romero, donde “llegó sin vida y se la intentó reanimar, sin éxito”.  

Acerca del asesino, poco y nada se sabe. La única certeza es que continúa prófugo y todos los intentos por dar con él fueron en vano. “Lo primero que hicimos fue ir a su vivienda, donde no estaba. De ahí fuimos a la terminal de micros de La Plata. Revisamos todas las listas de los pasajeros que se acababan de ir y los que aún estaban aguardando en el lugar, pero ningún DNI coincidía con el del imputado”, narró un uniformado, quien trabajó bajo las órdenes de Ignacio Rosales, comisario inspector de la Jefatura Distrital Oeste, y del fiscal penal en turno, Marcelo Romero. 

Este último confirmó: “Dispuse una medida de cerrojo en toda la ciudad para poder dar con él, además de darle aviso al área de Migraciones, ya que el sospechoso es extranjero”. 

Peritos de la Policía Científica trabajaron en la escena del crimen recolectando evidencias. Dentro del inmueble en el cual se produjo el hecho “se incautaron varios proyectiles intactos”.

Le pegaba y había amenazado con matarla 

Claudelina Ríos declaró ante la fiscalía que su hija había regresado a su domicilio “a las 8, después de dormir en casa de una amiga. A las 8.15 llegó su pareja, con quien estaba hacía unos dos años”.

Como Lucía tenía que salir junto con su madre, “fue con él a abrir el portón. Entonces escuché unas detonaciones y a mi hija gritar mami, me disparó. Fui corriendo, la vi tirada en el piso y a él con un arma que se guardó en el bolsillo de la campera, para después escapar hacia calle 35. La quise levantar, pero no pude y llamé a los vecinos”. 

La mujer indicó: “Ella me contó que le pegaba. De hecho, me aseguró que Arzamendia le dijo varias veces que, si algún día le hacía algo, se escondería en la casa de amigos. No sé dónde viven ellos, aunque sé que algunos lo hacen en barrio Aeropuerto y que también tiene parientes en Berazategui”. 

Por último, afirmó que el hombre vestía “un jean lavado, una campera polar gris y una mochila del mismo color. Tiene tatuajes, pero no recuerdo dónde”.

“Se escapó a otro barrio para después volver a Paraguay”

Los vecinos de Romero están convencidos de que Arzamendia “se escapó a otro barrio, a uno donde viven compatriotas suyos, para después volver a su país”. Confirmaron, a su vez, que víctima y victimario se conocían “desde hacía casi dos años, cuando él se vino para esta zona”. 

Uno de ellos relató que “ella ayudaba a su madre con el almacén que habían puesto un año atrás. Lucía iba a la escuela, era muy educada y del colegio siempre volvía con su familia”.

La adolescente era alumna del Liceo Mercante, donde cursaba el 3º D. De hecho, las autoridades de la institución educativa decidieron suspender las clases del turno tarde de la jornada de ayer por duelo.  

Por último, un frentista manifestó que “el asesino no tenía derecho a hacerle eso. La mató por la espalda, cuando ella se dio vuelta para entrar a la casa. No se le puede hacer eso a una persona. Tenía toda una vida por delante”. Si bien admitió que “esto le puede pasar a cualquiera”, aceptó que no sabía “que podía terminar de esta manera”. 

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