Cómo actúan los curas violadores y qué secuelas dejan en las víctimas

El reconocido psiquiatra Enrique Stola analizó los comportamientos abusivos de los sacerdotes hacia los niños. Destacó que es preocupante la ruptura del celibato mediante el abuso a menores y no como un delito y las secuelas que dejan en las vícimas

Enrique Stola es médico, socio-psicodramatista y psiquiatra, cuyo peritaje fue decisivo para mandar al cura Julio César Grassi a la cárcel. Consultado por la cantidad de violaciones hacia niños en las que los sacerdotes se ven envueltos, el profesional señaló que se mueven “con un alto nivel de impunidad”. 

“En la medida en que la sociedad civil va poniendo límites al poder de la iglesia católica es que uno de los efectos es la visibilización de una mayor cantidad de integrantes que son abusadores”, comentó el psiquiatra en diálogo con Hoy. E hizo referencia a la película Scott Life, donde “hay una interesante aporte de un psicólogo que dice que el celibato en todos los curas, obispos y demás, tienen formas de ejercicio de su sexualidad ya sea con mujeres o varones, pero como está prohibido, eso genera una cultura de la clandestinidad, donde los que son pedófilos se mueven muy bien”. 

Para el profesional, una gravedad adicional al abuso es que “en la institución, la pedofilia ha a aparecido como una ruptura de la norma del celibato y no como la gravedad que tiene por los efectos que producen en las víctimas”. 

Por otro lado, Stola consideró “que la la santa madre iglesia es una institución que les da un proyecto de vida a las personas que la integran tendiendo alguna cuestión jerárquica como sacerdote u obispo, le da un status, un reconocimiento social, sueldos que les garantiza la vida; son personalidades dependientes con un alto nivel de madurez sexual son muy proclives a entrar en este tipo de instituciones cerradas, lo que da lugar también a que aquellos que tienen fuertes conflictos en su adolescencia con su sexualidad entran a instituciones donde se supone que les ponen límites a eso, pero en realidad a aquellos cuya tendencia es ejercer el poder sobre los cuerpos de las criaturas lo que hace es acercarles niñas y niños por la presencia que tiene la iglesia en lo que es el área de educación”. 

“Esto de que velan para que no les pase nada a las criaturas es una especie de verso, de marketing que viene en el siglo XX y ahora en el siglo XXI, porque hasta el 1800 el maltrato hacia criatura en las instituciones católicas era gravísimo. En Europa, por ejemplo, se tomaba a las niñas y niños y las castraban para que pudieran ser cantoras de las iglesias, que hoy se continúa con el tema del abuso”, añadió el médico. 

Protección e impunidad

¿Por qué muy pocos curas llegan a juicio y son castigados? “Quienes viven en una institución cerrada y con propias reglas, y que además se presume y se designa como la representante de Dios en la tierra, tienen un alto nivel de impunidad, porque además se sienten protegidos. Fíjate lo que declararon los enviados del Vaticano en el caso Próvolo, estos dos personajes diciendo que los niños se enamoran, algo así como los curas no les dan respuestas en ese sentido, entonces hacen denuncias. Es terrible”, explicó el psiquiatra. 

Respecto a la manera en que tratan a las víctimas, el profesional señaló que “esas criaturas son seducidas y abordadas por estos nefastos personajes, son amenazadas, y además les producen a los niños sensaciones biológicas corporales que inevitablemente quedan atados por la culpa, y el miedo por las amenazas, que ocurre con cualquier abusador”. 

La condena a Grassi marcó un precedente no sólo porque se trata de un sacerdote sino porque, además, presidía la ONG “Felices los Niños” que recaudaba millones de pesos. A él se sumó el caso Próvolo en Mendoza y que tuvo derivación con, hasta ahora, ocho víctimas que ya declararon ante el fiscal Fernando Cartasegna antes de que se tomara licencia a raíz de los ataques físicos sufridos, y se estima que la investigación continuará avanzando. 

En las últimas horas se conoció otro caso en en la localidad de Monte Vera, en Santa Fe. El sacerdote de la parroquia La Merced, Walter Maggiolo, de 40 años, quedó involucrado en un presunto acoso virtual a una menor de 16 años. La niña capturó las imágenes de la conversación y sus padres realizaron al denuncia. 

Con referencia a la aplicación de la ley del 2 por 1 que la Justicia de Morón aplicó a la condena a Grassi (y que aún no está firme), Stola enfatizó que se opone a esa resolución “y a que cualquier abusador salga antes con permiso a cumplir con su condena en la casa; tienen que estar bajo rejas y después debería haber algún seguimiento por parte del Poder Judicial, porque estos tipos siguen abusando. Hasta el momento, no hay acuerdo de la comunidad científica internacional de que estos tipos se recuperen. Cómo hacemos para garantizar el seguimiento de que no hay reincidencia”. 

Las secuelas

“Cuando un niño o niña abusado puede hablar y relatarle algo a sus padres o persona cuidadora, es escuchado y hay una actitud de protección hacia ellos, se resuelve gran parte de las consecuencias negativas que tiene un abuso: el hecho de sentirse cuidados y amados. Pero cuando esas personas, por sus creencias, no escuchan a las criaturas producen una herida muy fuerte y cuesta mucho sanar las consecuencias del abuso sexual”, comentó el profesional con respecto a las secuelas que quedan en los menores. 

Sobre este punto, además, señaló que las víctimas “pueden tener serios problemas con la alimentación, agredir su propio cuerpo cortándose o llegar al suicidio. Cuando la Justicia no les cree produce serias consecuencias en el ser ciudadano también porque ven violentados sus derechos”.