Escruche relámpago en casa céntrica

Una familia que tiene su domicilio en inmediaciones de la Plaza Azcuénaga sufrió el paso de la delincuencia. Los ladrones huyeron con dinero y objetos de valor. Habrían estado vigilando a las víctimas

En un robo relámpago, un grupo aún desconocido de sujetos logró ingresar durante la madrugada de ayer a una casa ubicada en las inmediaciones de la Plaza Azcuénaga, de donde huyeron pocos minutos después con diferentes objetos de valor y dinero en efectivo, aprovechando que los dueños de la finca se habían ausentado de manera momentánea, relataron fuentes policiales. 

Los cacos aguardaron agazapados el momento exacto del ataque, y actuaron poco después de la 1 en una propiedad emplazada en 16 entre 44 y 45, exactamente después de que los moradores salieran y se ausentaran por breves minutos. 15, para ser precisos. Ese breve lapso fue el utilizado por dos jóvenes, hijos del dueño de la finca, para sacar a pasear al perro familiar, como hacen casi todos los días. 

“Yo llegué alrededor de la 1.30, después de cenar, y mis chicos mayores se habían ido a pasear al perro a la plaza, luego de haber vuelto de sus tareas habituales”, dijo el dueño de la casa, de 56 años, quien atribuyó lo sucedido a “un hecho más de inseguridad en La Plata y en todo el país”. 

En el interior de la propiedad, los maleantes actuaron con velocidad y, en el poco tiempo que estuvieron, fueron capaces de alzarse con materiales de interés, y así lo contó la víctima: “se robaron dos notebook, una cámara digital, objetos de valor y un dinero que tenía ahorrado”, aunque no hicieron a tiempo para retirar el “televisor que dejaron en el jardín y otro ya preparado para llevarse”, por lo que se cree que los malhechores oyeron ruidos y se dieron a la fuga ante el inminente arribo de algún residente. “Si no llegaba justo, no me quedaba nada”, se resignó el damnificado. Según se desprende del parte policial, la plata sustraída asciende a 500 pesos.

A la hora de contar cómo se metieron a su domicilio, el individuo relató que “había una ventana abierta, pero no me sorprendió porque mis hijos habían salido por unos minutos y, al regresar yo, vi la puerta abierta, pero no estaba forzada”. 

Ante la casualidad de que hayan sido escruchados justo cuando no había nadie en la vivienda, el sujeto tiene una opinión formada y aseguró que “había un control de lo que pasaba en la casa; estaban vigilando a que saliéramos”. 

Interviene la comisaría Primera y la UFI número 9 de Autores Ignorados, al mando de Fernando Cartasegna, quien caratuló la causa como “hurto”. 

Será difícil dar con los responsables, puesto que en la finca no hay cámaras de seguridad ni alarmas, como así tampoco algún testigo presencial del episodio.