Esqueletos en Barrio Norte: pertenecen a una madre y su hijo

Sus muertes datarían de noviembre del 2011. En la escena encontraron alimentos, medicamentos psiquiátricos, facturas y una carta escrita por uno de los fallecidos  

Barrio Norte no sale de la conmoción que generó anteanoche la aparición de dos cuerpos esqueletizados dentro de un departamento; Trama Urbana, quien informó en exclusiva el episodio que tuvo relevancia nacional, se acercó nuevamente a la cuadra donde se sucedieron los hechos para corroborar que la calma, todavía, no volvió. 

Fuentes policiales y judiciales brindaron en las últimas horas más detalles, aunque la causa continúa trabajándose bajo un hermetismo total. Se estableció que los cadáveres pertenecen a una madre y a su hijo, domiciliados en el inmueble de 33, 8 y 9; ella, al momento de la muerte, tenía 72 años y él 42. Los primeros indicios aportados por los forenses en base a las pertenencias encontradas en el lugar determinaron que los decesos se produjeron, al parecer, en noviembre de 2011, y no durante las inundaciones de abril de 2013, como habían establecido desde la fiscalía en un primer momento. 

Indicios

Los datos más precisos que avalan la teoría de la data de muerte se corresponden a facturas pagas e impagas que se encontraron en el interior del domicilio. “Recibieron boletas hasta noviembre del 2011 y después dejaron de llegar”, indicó un jefe de la fuerza, quien añadió que “había muchos alimentos, con fecha de vencimiento de ese mes y ese año. Pudimos encontrar, al menos, 40 sachet de yogures”. También había una carta, escrita por él, del mes 11 del mencionado año.

Acerca de cómo aparecieron los cuerpos, el vocero mencionó que “eran dos esqueletos, sin tejidos y limpios. Se cree que la inundación eliminó la podredumbe y los limpió. La mujer usaba una prótesis que estaba en la cama donde fue encontrada, entre los restos óseos”. Según afirmó, estas personas “no tenían familiares, por lo que nadie se extrañó de no verlos más. Sin embargo, no deja de ser extraño: no sólo que nadie se haya preocupado por ellos, sino que no hayan notado el olor a putrefacción”. 

La fiscal explicó que la casa fue arrasada por las inundaciones y refirió que “los servicios están cortados, por lo que no podemos saber si hubo alguna pérdida de gas” que podría explicar las causas de muerte.

Vida nocturna y actitudes extrañas 

Algunos vecinos refirieron que, por la época de la desaparición de ambos, sintieron un olor nauseabundo, aunque lo relacionaron a los hedores cloacales, a veces comunes en esa zona. Sin embargo, según refirió una frentista, ella en un momento se comunicó con la Municipalidad para que revisen las bocas de tormenta, aunque no tuvo respuesta. 

Un grupo de jóvenes estudiantes que viven al lado del PH en cuestión confiaron que conocían al hombre fallecido: “era muy solitario y tímido. Aparentemente era homosexual y, como este es un barrio de gente mayor, no todos lo veían bien”. 

Una de las chicas fue más allá al explicar que “muchos lo maltrataban”. Otros vecinos señalaron que “era frecuente ver entrar a su casa a muchos hombres”, y acerca del fallecido todos se pusieron de acuerdo al exponer que “se paraba todos las noches en la vereda y esperaba. A veces miraba para el interior de las casas, otras veces pedía permiso a sus dueños para poder quedarse allí, parado. Era extraño”. 

Detalles del horror 

Los peritos informaron que el hombre, identificado como Luis Enrique Pailman, fue encontrado desnudo, boca arriba y con las manos en el pecho, mientras que su madre -postrada en una cama- estaba vestida y llevaba un pañal. Más allá de las facturas, se encontraron “medicamentos psiquiátricos”. Voceros indicaron que “Luis vivía con lo justo, era un trabajador sexual”. Por su parte, se cree que los gatos que siempre rondaban el PH “se comieron las partes blandas de los cuerpos”. Los animales “lloraban todo el día y estaban siempre en esa casa. Parecía que iban a comer ahí y a veces se quedaban encerrados”.  

El padre de Luis, un albañil que vivía con él y su mujer, falleció en 2010, dos años después de haber comprado el departamento. El problema de los investigadores será responder las preguntas que surgen del caso: ¿por qué nadie hizo la denuncia de las desapariciones? ¿Hubo un acto criminal? ¿Tienen razón los vecinos que sospechan que una relación ocasional de Luis lo mató a él y después a su madre? ¿De qué murieron? 

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