Una entradera, un barrio saturado

El violento robo que sufrió una familia de 133 bis y 84 puso en alerta a los vecinos, que estallaron ante la inseguridad reinante. El hecho fue exclusivo de Trama Urbana

Fue primicia exclusiva de este medio: una familia del barrio Cementerio sufrió una violenta entradera en las últimas horas, cuando un grupo de delincuentes maniató al matrimonio y a sus hijas para llevarse todo lo que tenían, dinero en efectivo, joyas y electrodomésticos.

Trama Urbana lo adelantó en su edición anterior, por lo q ayer recorrió la cuadra donde viven los afectados y buena parte del vecindario. Allí, todos los lugareños se pusieron de acuerdo y manifestaron que la inseguridad fue en franco crecimiento durante el último tiempo, aunque los pasados días se incrementó aún más. 

El último caso conocido tuvo lugar, como señaló este medio, en un hogar de 133 bis y 84, donde ungrupo de cacos mantuvo en vilo a los allí residentes. Hastiados de la situación, los frentistas aceptaron hablar con diario Hoy para contar sus sensaciones y denunciar que “así no se puede seguir”. 

Uno de ellos, de nombre Oscar, detalló que “ahora les tocó a ellos (por las últimas víctimas), pero antes habían sido otros vecinos. Lo más triste es que recién se mudaron a la zona y ya tienen que sufrir en carne propia la inseguridad”, sentenció. Además, comentó que él, particularmente, no ve uniformados en las calles ni patrullajes. “Los efectivos de la Policía Local parece que solo recorren el centro: los sacás de su punto de confort y no saben qué hacer, tampoco los juzgo. Les dan un arma a los dos meses, cuando ni siquiera tienen la vocación de lo que hacen”. 

Situación caótica 

La familia damnificada prefirió no hablar, pero sí lo hicieron otros residentes del lugar. Una mujer, que quiso mantener su nombre bajo reserva, aseguró que “vivir acá resulta difícil, aunque tengo entendido que es así en todos los barrios de La Plata. Hoy nos toca a nosotros, pero antes las víctimas fueron otros y el día de mañana será el turno de alguien más”. 

Todos se ponen de acuerdo en que “no se vive con tranquilidad: ya ni siquiera nos animamos a sacar la basura una vez que oscurece. Es una locura esta situación”. 

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