A horas de la gran final en Brasil: vamos por la gloria

Brasil - Enviado Especial

Por la hazaña, por la gloria, por Lionel Messi. La Selección Argentina volverá a jugar esta noche una final, tal como lo hizo en 2014 en Río de Janeiro por el Mundial, pero también en 2015 y 2016 por la Copa América, buscando cortar el maleficio de una vez por todas.

El equipo Albiceleste, con el mejor jugador del mundo como capitán, ya demostró ser el más competitivo de Sudamérica en los últimos 10 años, cuando fue protagonista en todas las copas que le tocó jugar, incluso en el Mundial de Rusia, cuando perdió con el equipo que luego terminó siendo el campeón: completó los siete partidos en el Mundial de Brasil, jugó todos los encuentros en las Copas de 2015, 2016 y 2019 (contemplando el tercer puesto) y hoy volverá a definir el certamen nada menos que contra Brasil.

El rival, al que beneficiaron en el choque de semifinales entre ambas selecciones en el 2019, tiene toda la presión por ser local, jugar en el mítico Maracaná, y en este caso, enfrentar de local al clásico sudamericano.

Durante el nuevo milenio, será la tercera vez que estos dos equipos vuelvan a jugar en la instancia decisiva, ya que en 2004 empataron 2 a 2 y se definió en los penales, y en la Copa de 2007 Brasil ganó con amplitud y contundencia.

Durante los últimos 20 días en que se extendió el desarrollo de la Copa, diario Hoy y la Red 92 acompañaron al equipo de Scaloni, el técnico que se consolidó como jugador de Primera en Estudiantes de La Plata y que tiene en su cuerpo técnico al reconocido profesor y exjugador de la Liga Amateur Platense Luis Martín. Esta noche, desde las 21, cuando el uruguayo Esteban Ostojich marque el inicio del partido, no será la excepción.

Allí, en el mismo estadio Maracaná en el que se escapó la Copa de 2014, Lautaro Martínez buscará hacer los goles que erró Gonzalo Higuaín, y Nicolás González o Di María, cuando tengan alguna chance como la que tuvo Rodrigo Palacio en el Mundial, tendrán que ser letales en la definición para que Argentina pueda alcanzar la gloria.

A Messi no se le puede pedir más que lo mismo de siempre: nuevamente comandó al equipo a otra final, la tercera de las últimas cuatro copas. El destino y el fútbol tienen que pagar su deuda: ahora vamos por la gloria.