El Hipódromo sigue perdiendo “terreno” no solo en el predio

Las irregularidades se suman en el Hipódromo.

Días atrás alertamos sobre la cesión del Hipódromo de un sector a un emprendimiento (no se sabe si del Estado o privado) que ya fue limpiado y alambrado para dicho fin. Dicha noticia, primicia de este diario, fue “levantada” hasta por Google y hablaba de la limpieza (y posterior cercado) de un sector de la pista a la altura del “Caracol” que da a los 1.700 metros. Ni del Hipódromo ni de Lotería (por los carriles correspondientes) informaron sobre esta “inédita” cesión, que se dice, es para la construcción de un laboratorio.

Esto es una gota más en una palangana agujereada que es el hipódromo y que hace agua en lo que hace a situaciones anormales. Ayer, la situación se dio en el sector donde controlan, entre otras cosas, el peso de los jockeys que van a competir. Llegó la primera carrera y allí había integrantes de la Comisión de Carreras. ¿Qué había pasado? Era la pregunta del millón. Sencillo. El encargado del lugar, Felipe Jiménez, hizo lo que nunca había hecho: se tomó dos semanas de vacaciones. Algo normal de pasar en cualquier hipódromo, menos en el de La

Plata. ¿Qué pasó? El que tenía que reemplazarlo 8vaya a saber por qué) no fue. Corridas. Idas y vueltas (por supuesto que no fue del personal de la administración que brilló por su ausencia), hasta que finalmente el nombrado Felipe fue llamado para que, a pesar de estar de vacaciones, y encima un domingo, fuera a cumplir con su trabajo. De no creer, pero esto pasa en el Hipódromo local, y eso que todos sus empleados, por pertenecer al Estado, cobran en tiempo y forma sus sueldos y sus horas extras.

Si vamos al tema carreras, cada vez hay menos competidores en los programas. Carreras que se anulan y de los cotejos jerárquicos, mejor ni hablar. Cada vez más desprestigiado el calendario clásico. Competencias de Grupo (I, II y III) que se realizan con más perdedores que ganadores, lo que hace perder jerarquía a dichas pruebas. En fín, mientras tanto el Hipódromo, como la nave de la célebre película del gran Federico Fellini, va, con funcionarios, tanto en el Hipódromo como en Lotería, que nada tienen que ver con el turf, pero que de auerdo a lo que dicen, vienen a gestionar. ¿De qué gestión hablan?

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