Campeón del Clausura y con la Libertadores 2026 en el bolsillo, el Pincha cambia rápido el chip para afrontar el Trofeo de Campeones ante Platense. Mientras el plantel vuelve a entrenarse en City Bell, Domínguez sigue de cerca a varios jugadores tocados que ponen en alerta la previa de la final en San Nicolás.
En Estudiantes todavía se respira felicidad. La consagración en el Clausura de la Copa de la Liga marcó el gran objetivo de la temporada y le devolvió al club la tranquilidad deportiva, con el plus de haber asegurado la clasificación a la Copa Libertadores 2026. Sin embargo, el calendario no da respiro y el desafío final del año ya asoma en el horizonte: el cruce ante Platense por el Trofeo de Campeones.
Desde este martes por la tarde, el plantel volverá a entrenarse en el Country Club de City Bell. El clima será de celebración, pero también de responsabilidad. Eduardo Domínguez sabe que queda una última estrella en juego y que el equipo debe volver a enfocarse rápidamente para llegar competitivo al partido del próximo sábado en el Estadio Único de San Nicolás, cuyo horario aún resta confirmarse.
En paralelo, la dirigencia analiza la posibilidad de organizar un festejo junto a los hinchas en el estadio Jorge Luis Hirschi, para que la Familia Pincha pueda celebrar de cerca el título obtenido. La idea está en evaluación y podría definirse en las próximas horas, como antesala simbólica de la última final del 2025.
Pero no todo es celebración en City Bell. El foco principal del cuerpo técnico está puesto en la enfermería, que llega cargada a este cierre de temporada. La baja más sensible es la de Santiago Arzamendia, quien sufrió una lesión ligamentaria y quedó descartado para el Trofeo de Campeones. Una ausencia de peso en la defensa albirroja.
A su vez, Tiago Palacios es otra de las grandes dudas. El mediocampista pidió el cambio en la final del Clausura por una contractura en el recto y, aunque se lo vio festejar con normalidad, los estudios médicos podrían confirmar un desgarro que lo marginaría del duelo ante el Calamar.
El parte se completa con Santiago Núñez, que arrastra una molestia persistente en el tobillo desde partidos anteriores y volvió a resentirse en la final. Su evolución será seguida día a día. Y también aparece el caso de Guido Carrillo, quien terminó el último encuentro con molestias físicas y llega “entre algodones”, con su presencia en la definición todavía en evaluación.
Así, Estudiantes encara una semana especial: campeón, con la misión cumplida, pero obligado a recomponerse rápido para ir por más. Entre cuidados, decisiones médicas y posibles cambios en el equipo, el Pincha se prepara para la última función del año. El sábado, en San Nicolás, buscará cerrar el 2025 con otra vuelta olímpica.