El exayudante de Alejandro Sabella, subcampeón del mundo en Brasil 2014, aseguró que es una pérdida irreparable y “una raza en extinción”. Además, recordó algunos momentos emotivos vividos con Pachorra.
Pasan los días y cuesta creer que Alejandro Sabella ya no esté físicamente en este mundo. Sus familiares, amigos, allegados, excompañeros y los que lo conocieron poco o mucho, no importa, todos comparten un mismo sentimiento: se fue un Profesor y es una gran perdida.
De esta manera lo explicó Claudio Gugnali, excompañero de equipo, amigo y exayudante de campo de Alejandro Sabella. Lo acompañó en el cuerpo técnico de Estudiantes de La Plata en 2009 y hasta la final del mundial con la Selección Argentina en Brasil 2014. En medio del dolor, destacó que el fallecimiento de Pachorra “es una pérdida irreparable”.
Conoció a Sabella cuando él jugaba en Estudiantes de La Plata y una mañana de 1981 Alejandro llegó al club de la mano de, nada más y nada menos, Carlos Salvador Bilardo. Fue en ese entonces que, en ese mismo equipo, Gugnali como defensor y Pachorra como volante ofensivo, el Pincha logró ser campeón del Metropolitano 1982 y el Nacional 1983.
Ante semejante dolor, Gugnali manifestó: “Me queda entender que la vida continúa y que en este camino que uno va transcurriendo de vida te van despojando de cosas importantes y valiosas”. Al mismo tiempo, agregó: “Alejandro, a través de su capacidad e inteligencia, me cautivó. Yo me enamoré de esa persona y como siempre lo dije, con tres o cuatro Sabellas arreglamos este cachivache de país”.
El exayudante de Pachorra destacó la clase de persona que se fue y dijo: “Es una pérdida irreparable y una raza en extinción (por Sabella)”. Además, sostuvo que “no hay muchos Sabellas en esta sociedad, asique hemos perdido una gran ser humano”.
Por otra parte, recordó vivencias con el exentrenador de Estudiantes y la Selección Albiceleste: “El momento que más me marcó y uno de los más emotivos con él (por Pachorra) fue cuando falleció su padre, que nosotros jugábamos el clásico con Gimnasia y Esgrima La Plata, y le dije Deja Ale, nosotros lo dirigimos y los chicos te van a regalar un triunfo, y ahí me dijo que no, que el iba a ir al entierro de su papá y que iba a llegar.
Y así fue, apareció dio la charla previa llorando y en cada gol que convertían los muchachos fue una montaña humana sobre él, demostrándole el amor que sentían por él”, comentó.
Por último, en diálogo con Somos La Plata, cerró: “El ser humano excedía a lo que era como DT. Fue uno de los mejores técnicos que conocí; a la altura de Bielsa, Guardiola, Mourinho. Como persona era muy difícil de superar, tenía todas las cualidades y yo por eso me enamoré realmente de Sabella”.