¡Hay que tener ganas de venirse a dedo desde Necochea…!
La particular historia de Marcelo Fabián Casal, quien partió en marzo desde el sur de la provincia de Buenos Aires con 3.000 mil pesos y una muda de ropa. “Trabajando se puede llegar a todos lados”, tiró
Enviados Especiales
Marcelo Fabián Casal dejó en Argentina a su esposa, sus hermanos, sus hijos y sus padres por una sola razón: ver a la Selección en el Mundial.
El necochense, de 50 años, partió desde el sur de la provincia de Buenos Aires en el mes de marzo con 3.000 mil pesos. Viajó a dedo y lleva recorridos más de 4.000 kilómetros, ya que primero estuvo en Río de Janeiro.
¿Cómo hace un argentino para embarcarse en semejante aventura? “Trabajando se puede llegar a todos lados. Yo pinto casas, limpio vidrios en los semáforos y lavo copas en los bares. Así me mantuve los últimos tres meses”, cuenta Marcelo, quien sólo tiene una mochila con una modesta muda de ropa.
Casal reniega de las nuevas tecnologías y se resiste a usar celulares. “Con mi familia me comunico a través de un locutorio una vez por semana. No quiero saber nada con eso de estar pendiente de los mensajes de texto o de las llamadas”, confiesa.
Este hincha de River reconoció que se enteró del título del Millo una semana después de la última fecha contra Quilmes en el Monumental: “Acá no se habla mucho de River. Pero cuando me enteré que salimos campeones, todos me saludaban”.
Marcelo Casal vive en una pensión en Belo Horizonte y se gana la simpatía de los mineiros mostrando una imagen del Papa Francisco. “Vengo de la tierra del Papa. Por eso no me dicen nada, aunque ando para todos lados con la camiseta de la Selección nacional”, admite.
Está claro que la fe mueve montañas… Y en este caso también achica distancias.