Estudiantes, Foster y un préstamo de 10 millones para refuerzos, ¿un pacto a ciegas?

Estudiantes de La Plata acaba de meterse en una encrucijada financiera y deportiva que tiene más preguntas que respuestas. Foster Gillett, el empresario estadounidense que busca convertirse en socio comercial del club, ya desembolsó un préstamo de 10 millones de dólares para reforzar al equipo de Eduardo Domínguez. Sin embargo, el acuerdo definitivo entre Gillett y el Pincha todavía no tiene el visto bueno de los socios, quienes decidirán su futuro en una Asamblea Extraordinaria en febrero.

Uno de los movimientos que más ruido generó fue la incorporación de Cristian Medina, quien dejó Boca tras ejecutar su cláusula de salida por 15 millones de dólares, cifra que también fue cubierta por el magnate norteamericano. El jugador llegó al Pincha sin que el club pusiera un peso, pero la operación está envuelta en un halo de misterio: ¿qué condiciones reales acompañan esta transacción? ¿Cuánto margen de maniobra tiene Estudiantes si los socios votan en contra del acuerdo con Gillett?

¿Se adelantó Verón?

La participación de Foster Gillett en el mercado de pases actual parece haberle tomado el tiempo a la Asamblea. Mientras los socios todavía no tienen en claro los términos del acuerdo global, el club ya está atado a un préstamo millonario que, tarde o temprano, deberá devolver. ¿Cuál es el plazo para saldar esta deuda? ¿Qué sucede si los socios rechazan el desembarco de Gillett?

Lo cierto es que esta situación deja al Pincha en una posición compleja. El dinero ya fue utilizado para empezar a armar el plantel 2025, pero el futuro de esa inversión depende de una votación que todavía está en el aire. Además, no hay detalles claros sobre los términos del préstamo ni sobre las garantías que ofreció el club.

Un modelo lleno de dudas

Foster Gillett se presenta como la gran solución económica para Estudiantes, prometiendo inversiones de más de 200 millones de dólares a lo largo de varios años. Pero las decisiones adelantadas, como este préstamo de 10 millones, plantean serias dudas sobre la transparencia del proceso y los riesgos para la institución.

En caso de que los socios rechacen el acuerdo, Estudiantes deberá encontrar la forma de devolverle al empresario lo que ya ha prestado. Mientras tanto, el plantel de Domínguez avanza en su armado para la Copa Libertadores, pero el costo de estos refuerzos podría terminar siendo mucho más alto de lo que parece.

¿Está Estudiantes hipotecando su futuro para ganar en el presente? Los hinchas y socios están en alerta. Y con razón. La revolución prometida por Verón y Gillett parece más un salto al vacío que un proyecto sustentable. ¿Es este el camino que merece un club con tanta historia? La Asamblea lo dirá.