grupo C

Llegó el sábado y Messi tiene que “frotar la lámpara”

La “lámpara de Aladino” es uno de los objetos más buscados por los turistas en los paseos comerciales de Doha en Catar. Se puede conseguir por un valor que oscila entre los 25 y los 100 dólares según el tamaño y representa la historia de un joven árabe que se ganó el derecho a pedir tres deseos solicitando que el genio salga de su interior. Ahora es el momento de la Selección...

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Por J. P. F.

Quién alguna vez de chico no escuchó o le contaron el cuento de Aladino? ¿Quién no tiene la imagen de ese joven con vestidos largos y de colores que frotaba una lámpara de la que aparecía un genio y concedía tres deseos? ¿Acaso todavía no hay productores artísticos que en las vacaciones de invierno se basan en esta trama para armar obras de teatro para los chicos como ocurrió este año en la esquina de 3 y 47? Pues bien, lo que no todos saben es que el personaje de Aladino es considerado como una especie de “superhéroe” en el mundo árabe, y al igual que ocurría con Superman o Batman en la cultura occidental, en Catar se venden los símbolos que caracterizan aquella historia como pan caliente.

La “lámpara de Aladino”, sin ir más lejos, es uno de los objetos más vendidos y buscados por parte de los turistas durante la primera semana del Mundial.

En los mercados y paseos como el Souq Waqif, personas de todo el mundo pagan entre 25 y 100 dólares por llevarse una lámpara dorada y brillante, que oscila entre los 15 y los 30 centímetros de acuerdo al tamaño que uno esté dispuesto a pagar para llevarse un recuerdo.

Ayer, por ejemplo, no fueron pocos los argentinos que bromearon e ironizaron con la necesidad de que por 90 minutos Lionel Messi se convierta en el “Aladino” del Mundial y pueda frotar la lámpara para darle a la Selección la posibilidad de ganarle a México y acomodarse en el Grupo C. Sin ir más lejos, tanto comerciantes como compatriotas posaron con la camiseta del 10 implorando una buena jornada para que el equipo de todos pueda volver a ser el que fue el año pasado en la Copa América de Brasil.

El cuento de Aladino forma parte de las historias de Las mil y una noches que representa una de las más conocidas y famosas del mundo árabe, de donde forma parte del pueblo de Catar. Aunque no pertenece a la colección original árabe de Las mil y una noches, es uno de los cuentos más conocidos asociados con esa colección.

Si bien un escritor francés (Antoine Galland) fue el que le puso su impronta, el relato original le corresponde un cuentista cristiano maronita sirio.

Salvando las distancias, bien podría interpretarse que Messi es como Aladino, quien surgió como un joven pobre en una ciudad árabe (Rosario no es tan rica), y que fue reclutado por un brujo malvado, haciéndose pasar por hermano de su fallecido padre, para que le ayudara a recuperar una lámpara de aceite de una cueva mágica que apresa a quien entra en ella. El Barcelona podría adaptar algunas cualidades parecidas, sobre la base del pasado que también había tenido Maradona allí, cuando no solo le fue bien, sino que también en esa ciudad lo habrían llevado a caer en las adicciones.

Después de que el brujo malvado intentara traicionarlo (cuántas veces el Barcelona quiso hacer lo mismo con Maradona ­primero y Messi después), Aladino se queda con la lámpara y descubre que puede ­invocar a un genio que está obligado a servir a la persona que tenga la lámpara con su ayuda.

La parte final de la historia es bastante parecida a la actualidad de Messi: Aladino se hace rico, poderoso y se casa con la princesa del gobernante para tener mejor vida.

A Messi solo le falta casarse con la gloria que implica ganar la Copa del Mundo. Para ello, hoy a las 16 ante México hay que empezar a “frotar” la lámpara...

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