“Lo primero que miraba cuando se sorteaba el fixture era la fecha del clásico”
Mariano Messera es uno de los ídolos de Gimnasia y un futbolista que enamoró a una generación por su forma de jugar y sentir la camiseta. A horas de un nuevo derbi platense, Potrerito charló mano a mano con diario Hoy.
Hay protagonistas que con solo mencionarlos ya se los relaciona automáticamente a alguno de los clubes más grandes de la ciudad. Mariano Messera es uno de los ídolos de Gimnasia y un futbolista que enamoró a una generación por su forma de jugar y sentir la camiseta. Hasta hace poco, estuvo del otro lado de la línea de cal.
Un 18 de marzo, pero de 1998, Potrerito debutaba oficialmente en el Clásico Platense 123: fue una de las grandes figuras en la victoria por 3-0 que tuvo lugar en el Bosque, en el recordado “Día del baile”. A horas de un nuevo derbi local entre el Lobo y el León, el exvolante recuerda viejas épocas en un mano a mano exclusivo con diario Hoy.
—¿Cómo vivías la semana previa al partido con Estudiantes?
—La semana previa es diferente al resto. Siempre digo que cuando se sorteaba el fixture, lo primero que miraba era la fecha en la que se jugaba el clásico y en qué cancha. En esos días se palpita algo diferente, no solo los jugadores sino todo el ambiente futbolístico que los rodea. Hay una ansiedad y una expectativa enorme, en la ciudad no se habla de otra cosa que no sea el partido del domingo. Para los jugadores de Gimnasia y Estudiantes, el derbi platense es el partido más lindo del campeonato.
—¿Cuál es el clásico que más te marcó ?
—Por suerte viví varios clásicos emocionantes, en los que me tocó ganar y también convertir. El primero que se me viene a la mente es el 3 a 2 en el Bosque, allá por septiembre del 2000. Lluvia, barro, un contexto ideal para vencer al rival de toda la vida. Ganamos faltando poco, yo hago el primer gol y lo terminamos dando vuelta con un tanto del Colorado Sava. Aunque también tengo un grato recuerdo de mi primer clásico, donde ganamos 3 a 0 en una tarde inolvidable de marzo de 1998. Yo tenía 20 años y era mi primer clásico oficial, fue uno de esos partidos en donde te sale todo bien. Otro enfrentamiento que recuerdo ante Estudiantes fue un triunfo 3 a 2 en el verano del año 1999.
—¿Qué generaba recibir al Pincha en el Bosque para un jugador e hincha como vos?
—Recibir a Estudiantes me generaba expectativa, ansiedad y mucha emoción. Ver el estadio repleto con ambas parcialidades le daba un marco único, parte del folclore del fútbol. Las cargadas, los cantitos, eso le daba un plus a los jugadores. Era hermoso el momento de salir de la concentración, la caravana hasta el Bosque, la gente parada al costado de la calle esperando que pase el micro.
—Mucho se habla de “los pibes del Lobo”. ¿Cómo estás viendo a los chicos?
–A los chicos los veo con ganas y entusiasmo. Se sabía que iba a ser un campeonato duro y difícil para afrontar. Hay muchos jóvenes que están haciendo sus primeras armas y no hay nada más lindo que un clásico para cortar una racha negativa. En estos partidos la motivación es diferente y hay muchos jugadores del plantel que son hinchas y criados en Gimnasia. Ya jugaron clásicos en Reserva y saben de qué se trata. Estoy seguro que estos chicos van a dar todo lo que tienen para poder ganar, darse una alegría y también regalársela a la gente.