El equipo cerró un mes de ensueño ganando dos campeonatos después de eliminar a su eterno rival de visitante. Ayer, con dos goles de Lucas Alario, derrotó 2 a 1 a Platense y sumó otra estrella para su prestigiosa historia.
Desde que se armó el arbolito el pasado lunes 8 de diciembre, para Estudiantes se empezó a escribir la Navidad más maravillosa de su historia. Aquel día el equipo eliminó a su clásico rival de visitante y se clasificó para jugar la final que le dio otro campeonato el sábado 13 de este mismo mes.
Ayer, para coronar un mes inolvidable, el Pincha le puso la frutilla al postre y a cuatro días la Nochebuena ganó otro título oficial al derrotar 2 a 1 a Platense en San Nicolás.
Sobran motivos y no escasean los títulos. Tampoco faltan argumentos para justificar este final impensado, que no condice y contrasta con lo que el equipo había mostrado hasta el mes de octubre de este mismo año.
Como una muestra fiel de las ironías del destino, Lucas Alario, el jugador más cuestionado del 2025, se destapó justo en el final del partido y con dos goles terminó dando vuelta un juego que se había tornado difícil desde el comienzo para Estudiantes.
En los primeros minutos Platense le “pinchó” los planes a Domínguez, demostrando que había estudiado todo lo que se venía haciendo en los últimos partidos contra Gimnasia y contra Racing.
El exdefensor de Villa San Carlos, Saborido, le achicó muy bien los espacios a Cetré en los últimos metros de la cancha y Zapiola complicaba a las espaldas de Ascacíbar sobre la posición de Román Gómez en el ataque.
Estudiantes no pudo plasmar la misma supremacía que una semana atrás había tenido contra Racing, ya que el Calamar fue un equipo muy ordenado que anuló el circuito de juego de Medina con Tobio Burgos y marcó muy bien a Carrillo y a Cetré.
Al Pincha le costó marcar diferencias, aunque a los siete minutos el colombiano tuvo un arrebato de inspiración y sacó un remate cruzado que exigió al arquero de Platense en la única jugada del primer tiempo en la que Saborido perdió la marca.
Con menos plantel que Gimnasia y Racing, el equipo de Platense le hizo más partido al Pincha que los últimos rivales que le había tocado enfrentar. O al menos eso quedó muy claro en el primer tiempo, cuando Ascacíbar y Piovi se desgastaron en la marca y la fricción con los volantes de su rival y los laterales no pudieron soltarse por la movilidad de Zapiola por el sector izquierdo del ataque.
En el segundo tiempo el partido no cambió: la defensa de Estudianets volvió a jugar de forma desatenta y desordenada y el mismo Franco Zapiola que el club había dejado ir hace algunos años puso arriba al Calamar en el Estadio Único de San Nicolás.
Estudiantes no reaccionó y tanto Medina como Cetré se mostraban tan agotados como limitados ante la segura marca de los rivales.
José Sosa entró para tratar de generar espacios con la pelota, pero terminó siendo Lucas Alario, quien se puso el traje de la mística que usó Hernán Rodrigo López en la definición del torneo Apertura 2010, para cambiar la historia y con dos goles de cabeza le dio otro título al Pincha.
Este sí que fue un verdadero final de película para el delantero y para Estudiantes, que arrancó el 2025 pensando en préstamos para ganar la Copa Libertadores y terminó sumando dos estrellas más en Argentina de manera impensada, pero merecida.
Dos semanas y otra vez a trabajar
Pese a lo que fue una temporada aplanadora para el plantel profesional de Estudiantes, desgraciadamente el calendario lo expone a un fin de año que es brutal. Los jugadores del grupo superior quedarán licenciados desde este domingo y comenzarán las vacaciones hasta el próximo 4 de enero, muy pocos días, pero todo esto debido a que el Apertura de la Copa de la Liga va a iniciar el 25 de enero, no hay tiempo para disfrutar y tampoco para reponer energías.
Lo cierto es que habrá que definir el rearmado de la plantilla en este lapso y también trabajar en la continuidad del director técnico Eduardo Domínguez, el aspecto quizás más central en este fin de año, donde el Pincha tiene dos nuevas copas para celebrar.